Con el fin de fortalecer la cultura de paz, la Comisión de la Verdad, mediante un ejercicio de escucha activa, participativa, dinámica y plural con las víctimas, victimarios y todos los sectores de la sociedad civil, brindan una perspectiva de lo que ha sido el conflicto armado en Colombia y de qué manera se puede garantizar la no repetición.
El informe final será entregado en un acto público y cultural este martes 28 de junio en Bogotá y donde estarán presentes las tres ramas del poder público. El informe es el resultado de investigación y de escucha más importante realizado por la Comisión de la Verdad, a través del diálogo con diferentes actores de la sociedad civil y con el que no solo se buscan visibilizar las heridas de la guerra, sus causas y consecuencias, sino también la importancia de la no repetición y la apuesta por una paz verdadera. En últimas, la intención del informe es que la campesina, el estudiante, el obrero y usted qué está leyendo este artículo como colombianos entiendan las dimensiones de la guerra desde diferentes latitudes y de esta manera se trabaje en una apuesta común para la construcción de paz en el país.
A diferencia de todos los informes finales de diferentes comisiones de la verdad en el mundo, este es el primero que contiene enfoques diferenciales; enfoque de género y también, el enfoque étnico contra el racismo, la discriminación racial y las formas conexas de intolerancia. Así mismo, para garantizar la veracidad del documento, la Comisión de la Verdad se encargó de que toda información fuera sometida a una etapa de contrastación.
Después de entrevistar a más de 30.000 personas de manera individual y colectiva, los once comisionados entregaron un informe final en 11 ejes temáticos; un manifiesto de la comisión sobre la perspectiva transformadora del informe, seguido por recomendaciones para la no repetición, las violaciones sobre los derechos humanos (DDHH), la narrativa histórica y los períodos del conflicto colombiano, las dinámicas locales del conflicto armado, las afectaciones a las mujeres y a la población LGBTIQ, el impacto del conflicto armado en los pueblos étnicos, el exilio, las afectaciones a niños, niñas, adolescentes y jóvenes, los testimonios de víctimas y responsables sobre cómo la violencia afectó sus vidas; y por último los impactos, enfrentamientos y resistencias, visibilizando cómo las comunidades han superado la violencia sufrida en el marco del conflicto armado.
Si bien todos los capítulos cuentan una misma historia y siguen un hilo narrativo, no es necesario leer todo el documento para entender un capítulo en especial. De esta manera, los y las comisionadas y todos los sectores que contribuyeron en la construcción del documento final garantizaron que fuese simple, sin tecnicismos y que cada colombiano tuviera fácil acceso a este. Por tanto, su divulgación no sólo será de manera escrita, sino que también contará con un formato audiovisual.
Pero, ¿qué no es el informe? No es un documento con carácter judicial, es decir, no es para el esclarecimiento de la verdad judicial, ni tampoco juzgar ni señalar a ningún responsable que no haya sido previamente juzgado por la justicia ordinaria o se encuentre en proceso dentro de la jurisdicción especial para la paz.
Es importante resaltar que, si bien es un ejercicio fundamental y necesario para la construcción de paz y de no repetición en el país, sus efectos no serán de manera inmediata. Es un paso fundamental para el reconocimiento de las víctimas del conflicto armado. De esta manera, la idea del "informe final " no es revictimizar, si no por el contrario, mostrar cómo desde las comunidades han superado la tragedia del conflicto, un ejemplo de que en el país se puede convivir conjuntamente.