El confinamiento obligatorio cumple cuatro meses en Colombia. Esto ha hecho que las personas hayan tenido que adaptarse a una nueva realidad, que no ha sido la mejor debido a la propagación de la COVID_19. Uno de los ámbitos que más sufrió fue la economía, debido a que muchos negocios que no pudieron reinventarse para este tipo de crisis, tuvieron que cerrar, causando el desempleo de centenares de personas en Bucaramanga y el país.
Esta situación desencadena otros problemas relacionados con lo económico, pero sin duda los afectivos y emocionales son los que han tenido preponderancia y no discriminan ningún sector de la sociedad. Muchos intentan adaptarse al encierro, pero siendo una situación atípica no todos lo han logrado y entran en desesperación, causando episodios de ansiedad y depresión.
La Organización Mundial de la Salud, OMS, considera que los trastornos por depresión y ansiedad resultan ser problemas habituales de salud mental que afectan a la capacidad de trabajo y la productividad. Es así como aseguran que más de 300 millones de personas en el mundo sufren depresión, catalogándolo como la principal causa de discapacidad, y ubicando a más de 260 millones con trastornos de ansiedad.
Leidy Rivero, Especialista en Psicología clínica de la Universidad Pontificia Bolivariana, incluye a la depresión dentro de uno de los trastornos del estado de ánimo y asegura que se manifiesta en emociones como la tristeza, desesperanza, pérdida de concentración y del placer, además de la ideación suicida, en casos extremos.
“La relación que tienen estos estados con el confinamiento es que hemos sido obligados a mantenernos en casa por un asunto de salud pública, lo que hace que nos limitemos en las labores del día y empecemos a generar miedo por algo y no vemos, pero sabemos que está ahí”, afirma Rivero.
El Hospital Psiquiátrico San Camilo de Bucaramanga en los meses de mayo a julio ha reportado más de 700 llamadas a su línea de la amistad, que ofrece atención inmediata a las personas que experimentan dichos estados. Entre mayo y junio ya se registraban cerca de 500, según informó la entidad de salud a Plataforma Digital UPB.
“Hemos tenido un alza importante en ingresos en los últimos 3 meses, aproximadamente 1.400, entre pacientes nuevos y antiguos. Sin duda el confinamiento por el virus ha hecho aflorar condiciones en pacientes que ya estaban controlados y las revela en aquellos que pensaban estar bien en su salud emocional”, manifiesta la Jefe de Prensa de la entidad, Laura Vanessa Ariza.
Para lograr combatir la depresión y la ansiedad, se recomienda fortalecer aspectos relacionados con la higiene propia y del nuestro entorno, un buen bienestar emocional a partir de prácticas saludables y la creación de un filtro de información que impida la afectación por lo que se diga en el ambiente que rodea a cada persona.