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Impulsadas por las nuevas dinámicas de la industria de la moda, cada vez más editoriales se suman a la decisión de no volver a exhibir pieles de animales en publicaciones ni campañas publicitarias a nivel global, buscando alinearse a una proyección de la moda más ética y sostenible.
A mediados del siglo XX, las piezas hechas con piel de visón o zorro eran un símbolo de elegancia dentro de las esferas de lujo, un distintivo de la alta sociedad. Primeras damas, aristócratas y estrellas de cine amplificaron este imaginario en desfiles y portadas durante más de una década. No fue sino hasta los años ochenta que organizaciones como la Sociedad Humana Internacional (HSI) surgieron para protestar contra el maltrato animal. Sus campañas, que mostraban sufrimiento detrás de las prendas, abriendo un debate ético en la industria.
En 2025, con el auge de consumidores más críticos y la creación de materiales alternativos, las pieles han dejado de ser aspiracionales para volverse problemáticas.
La victoria de la presión social
El anuncio de que el conglomerado editorial Condé Nast no exhibiría pieles de animales en ninguna de sus revistas, responde una campaña de nueve meses liderada por la Coalición para Abolir el Comercio de Pieles (CAFT), además de las nuevas exigencias del público consumidor.
Si bien la declaración del medio excluye prácticas culturales y de subsistencia tradicionales de comunidades indígenas, la decisión se suma al declive global del comercio de pieles y podría generar un efecto dominó.
“En todas nuestras cabeceras, no incluiremos pieles nuevas de animales en contenido editorial ni en publicidad”, señaló el grupo editorial en un comunicado difundido por medios internacionales. Con esta decisión, Condé Nast se une a la iniciativa consciente sobre el sufrimiento animal de otros medios de la industria como InStyle (2018) y ELLE (2021).
El colapso de un modelo
En las últimas dos décadas, el cambio se aceleró debido a que importantes casas de moda como Gucci, Versace, Chanel y Burberry desistieron de utilizar pieles. De igual manera, el consumo de pieles comenzó regularse en ferias internacionales y plataformas de venta en línea como Farfetch, eliminando paulatinamente estos productos de sus catálogos.
Adicionalmente, la pandemia de COVID-19 contribuyó al cierre de granjas peleteras en Europa y Asia, tras descubrirse que algunas podían ser focos de contagio. Esto amplió el debate a la salud pública y medioambiental, invalidando la justificación moral y económica de la industria.
Incluso después de que el anuncio de Condé Nast se hiciera efectivo, los internautas continúan comentando en redes sociales el gran paso que supone para la sostenibilidad de la moda. Sin embargo, los lideres ambientales advierten que las pieles sintéticas generan residuos plásticos que tardan siglos en degradarse por su fabricación a partir de derivados del petróleo.
Ante estos hallazgos, el debate se centra en que no bastará cambiar los materiales para llegar a la verdadera sostenibilidad; es necesario replantear el sistema de producción y consumo global.
Algunas marcas exploran alternativas prometedoras como pieles cultivadas en laboratorio, tejidos de micelio (hongos), fibras vegetales y materiales reciclados. Estas innovaciones marcan una nueva ruta cada vez más consciente.
Es innegable que estas acciones conjuntas son claves para la transición de la industria. Este cambio se lee como una victoria del activismo ciudadano, fruto de décadas de presión social, investigaciones y campañas que han erosionado la imagen glamorosa de las pieles.
Ahora, queda el interrogante: ¿será la industria capaz de cuestionar sus prácticas más arraigadas para continuar transformándose ética, estética y socialmente?
✅? ¡Vogue, GQ, Vanity Fair y Glamour dicen adiós a las pieles!
— FAADA (@FAADAorg) October 21, 2025
El grupo Conde Nast prohíbe el uso de pieles en todos sus contenidos y anuncios, marcando un paso decisivo hacia una moda más ética y sostenible.https://t.co/6O8epnlUru




