Anualmente, son muchos los ciudadanos de diferentes nacionalidades que dejan su país para establecerse en otro. A este comportamiento se le denomina emigración y en Colombia no es una excepción.
Según estimativos del Ministerio de Relaciones Exteriores, para el 2019 la población de colombianos en el exterior ascendió a cerca de 4,7 millones, más del 10 por ciento de la población del territorio, lo que conlleva a un efecto secundario llamado “fuga de cerebros” o “fuga de talentos”, es decir, salida de profesionales de su país de origen.
Si bien Colombia es un país reconocido por su cultura, biodiversidad, singularidad como único país de América del Sur con costas sobre los océanos Atlántico y Pacífico, como también por su variedad de relieve e hidrografía, son muchas las historias que se pueden encontrar a lo largo de su capital y 32 departamentos sobre las experiencias de sus ciudadanos a la hora dejar su país de origen.
Ana Sofía Smith es santandereana y lleva 39 años viviendo en Chingford, un pueblo a las afueras de Londres. Cuenta que, tras salir de Colombia a sus 25 años como profesional en Idiomas, su mayor reto fue adaptarse a la forma de vida de los ingleses."Llegué de niñera de 3 niños entre 7 y 10 años y como nunca había convivido ni servido a nadie, el golpe fue grande”, asegura. A pesar de esto, tras 19 años trabajando como profesora de español en un colegio católico y luego de varias experiencias que como, mujer, profesional, madre y esposa le permitieron adaptarse a la que para ella dejó de ser ya una nueva cultura, describe que su corazón está dividido en dos partes: "Una parte le pertenece a mi país natal y la otra a la patria que me adoptó”.
Por otro lado, Camilo Medina, un colombiano residente desde hace 9 meses en Zagreb, Croacia, y para quién más allá de tener dificultades a la hora de salir del país, los verdaderos retos los ha evidenciado frente al idioma. “Lo más complicado -que sigue siendo un reto para mi- ha sido el idioma. Tienen una base lingüística arraigada en la antigua Yugoslabia con raíces un poco rusas” y frente a su establecimiento según la Visa Schengen para Colombianos “tuve que encontrar la forma de permanecer acá, de esta manera encontrando países tanto dentro como fuera del espacio Schengen para establecerme acá directamente”. De igual forma, Medina describe a los habitantes de Croacia como acogedores, trabajadores, divertidos y de buen corazón, así como sus tierras de impresionantes paisajes.
Como Smith y Medina, son muchos los colombianos que forman parte de los emigrantes masculinos y femeninos que conforman las cifras anuales de ciudadanos que dejan su país. En este sentido, Plataforma Digital UPB trae para usted la manera en la que se ha evidenciado la evolución en la emigración de colombianos a través de los años.
Para el caso de Sara Singer, una colombiana Licenciada en Matemática y Física, quien tras 32 años viviendo en Londres describe que además del aprendizaje del inglés a un nivel superior, la falta de confianza por parte del director del departamento para el que ella trabajaba como docente, frente a la idea de que por el hecho de ser graduada de una universidad colombiana no estaba preparada para enseñar a los niveles más altos, fueron los principales retos por superar.
Pese a ello y a lo largo de su experiencia. Primero, como ayudante en un Kindergarden; luego, capacitando a adultos en matemáticas básicas, también como Directora del Departamento de Matemáticas de un colegio estatal en el centro de Londres, como ama de casa, madre y esposa, asegura: “Me considero muy afortunada de tener una familia estable, un marido responsable y unos hijos ya profesionales que quieren a Colombia y que se pueden comunicar conmigo en Español. Como ser humano uno se adapta a cualquier cosa y cualquier circunstancia, pero siempre se lleva la nostalgia de no tener a los hermanos y a la familia cerca”.
Claudia Vega, quién ha vivido durante siete meses en Palma de Mallorca, en España, narra que tras su iniciativa para salir del país se le presentaron varias dificultades, iniciando con el conocimiento de la visa que requería como colombiana para poder residir, tras el reto económico y tener que contar con ahorros que le permitieran subsistir tras su llegada al nuevo país.
Luego de haber tenido que vivir la mitad de este tiempo en confinamiento por la actual Covid-19, comenta que hasta ahora "no es que haya podido conocer de forma normal la vida acá, entonces no puedo decir que esté adaptada. He visto situaciones que me agrada mucho, como por ejemplo la seguridad, te sientes tranquilo hablando por celular teniendo prácticamente el 100 por ciento de probabilidad de que no te van a robar, sin embargo, nosotros como colombianos somos personas muy amables, estamos acostumbrados al tacto muy cordial... acá es algo diferente, es algo tosco, hay una barrera entonces ese tipo de circunstancias hace que los latinos o los colombianos extrañamos mucho a nuestro hogar y no nos adaptemos del todo a otro”.
Por otro lado, Gloria Bryant, otra connacional que lleva viviendo 26 años en Londres, considera que recién llegada, su mayor reto fue el idioma y la cultura."Aunque estudié inglés en Colombia, los acentos eran muy difíciles de entender”. Tras sus 17 años trabajando como docente se siente adaptada al Reino Unido y familiarizada con la cultura de los británicos: “La vida en este país tiene en general una sociedad muy multicultural y hay respeto y aceptación por la convivencia de muchas razas”.
Las historias de más del 10 por ciento de la población colombiana en el exterior, denominada por la revista Dinero como la segunda ciudad virtual más grande de Colombia después de Bogotá, muestran las experiencias de connacionales, su proceso de adaptación e incluso el proceso de adaptación de los países en los que ahora viven, frente al aumento de migrantes de diferentes nacionalidades que se radican en sus tierras generando así sociedades incluyentes y de diversidad cultural.
De esta manera, pese a que Vega, Singer, Smith, Medina y Bryant se han adaptado o llevan un proceso de adaptación al lugar que los acogió se encuentran unidos en la distancia por un mismo sentimiento y es el del amor por el país del café y las flores.