Estudiantes de Plataforma Digital de la Universidad Pontificia Bolivariana, seccional Bucaramanga, indagaron con tres expertos sobre el tema de la migración desde una mirada de la sociología, la psicología y la politología.
La migración afecta la salud física y emocional de las personas, sobre todo la de la población infantil que no logra encontrar cimientos sólidos para su desarrollo integral. Fotos: Cesar Flórez – Plataforma UPB
María Jimena Martínez Serrano es Psicóloga y Magister en Educación y habló sobre las implicaciones en la salud mental en cuanto a la migración de la población venezolana.
Desde el punto de vista emocional y de la salud mental ¿Cómo afecta esto a la población venezolana, sobre todo a los menores de edad?
Las implicaciones que se generan en la salud mental y en la emocional de los menores de edad, el hecho de vivir en situaciones de desplazamiento o que están constantemente en movimiento, por una discriminación social, cultural y por la xenofobia, son de una amplia magnitud. Los niños y niñas que están viviendo este tipo de situaciones suelen generar inestabilidad emocional y un temor generalizado a su entorno. Síntomas asociados, ansiedad y depresión.
Aparte de esto, a ellos se les están vulnerando sus derechos y se les están negando las oportunidades de vivir en un entorno favorecedor, a la educación, al sano esparcimiento y esto hace que su desarrollo psico-social se vea afectado de manera importante. Hay una afectación en la autoestima, en el autoconcepto, sentimientos de frustración tanto para los niños y niñas, como para los adultos, porque para ellos en muchas ocasiones son situaciones que se salen de su control y por supuesto los que directamente se ven afectados son los menores de edad.
¿Qué se puede decir frente al sentido de pertenencia?
Hay una ausencia de un vínculo de pertenencia a un lugar, una cultura, a una sociedad que no los recibe y que no los acoge, entonces el impacto sobre la salud mental de los menores de edad, el hecho de vivir en un constante desplazamiento y movimiento, cambiar de una cultura a otra no les permite a ellos lograr una identidad, un reconocimiento y una apropiación de una cultura.
Además, la falta de alimento tiene un impacto importantísimo en el desarrollo, no solo en la salud mental, sino de la salud física y de su integridad. Cuando los niños y las niñas están atravesando por situaciones de desplazamiento en las que están cambiándose constantemente de lugar, de residencia y que por lo general es en situaciones muy precarias en las que hay una carencia importante de los mínimos para lograr vivir de la mejor manera posible, se les están vulnerando sus derechos y las oportunidades de un desarrollo integral, psicosocial, que les permita disfrutar de cada una de las etapas del ciclo vital. Esto quiere decir que es un impacto en todo sentido.
¿Qué implicaciones emocionales conlleva el asentamiento o el desplazamiento forzado a largo plazo?
Estas son variadas. Por una parte, altos niveles de estrés y ansiedad que se genera por una situación de inestabilidad y desplazamiento que tienen un efecto a largo plazo en las personas, tanto en los menores de edad, como en los mayores. El estrés por la incertidumbre, la inestabilidad y la inseguridad. También se generan muchísimas consecuencias por la exclusión social y nos hemos dado cuenta cómo la cotidianidad se ha empezado a excluir, si hablamos específicamente de los venezolanos que han llegado al país, vemos cómo se empieza a catalogar y a etiquetar o rotular y excluir no solamente por el hecho de ser venezolanos, también colombianos o personas de otras nacionalidades que cometen algún tipo de acto delictivo, entonces se empieza a generalizar que todos están llegando al país para cometer delitos.
Por otro lado, el hecho de no contar con un apoyo en el entorno también les genera una dificultad para conseguir empleo o acceder a la educación para sus hijos. Se encuentran en situaciones de mucha vulnerabilidad y rechazo social. Por otro lado, hay una mayor predisposición para desarrollar algunos tipos de enfermedades, porque no pueden acceder a servicios de salud, lo que conlleva a situaciones que acarrean déficit en la salud física y por ende, una afectación emocional.
El factor económico es de alto impacto, por su puesto; entonces, sabemos cómo las personas que están viviendo en una situación de desplazamiento no tienen un hogar fijo, ni los mínimos vitales, entonces, las dificultades van convirtiendo todo en un círculo vicioso que no les permite acceder a recursos para mejorar su calidad de vida.
¿Cómo afecta la personalidad y confianza de los extranjeros frente al proceso de aculturación o adaptación? teniendo en cuenta las diferencias culturales, gastronómicas, sociales y laborales.
Empezar a asimilar o adquirir una cultura diferente a la propia depende mucho de las estrategias de afrontamiento, de las causas y el origen de esa aculturación.
El hecho de estar en otro país, algunos con un idioma diferente, así como las costumbres diversas, la alimentación, la manera de percibir la vida, de relacionarse con los demás, todo esto tiene un impacto importante en las personas que están atravesando por esa situación de cambio en su cultura.
Cuando la aculturación se da por una situación de violencia tiene otras implicaciones porque ha podido darse perdida de algún familiar, allegado o amigo, allí las implicaciones son mucho mas fuertes y la migración es uno de los principales ejemplos de aculturación porque hay grupos importantes de personas que llegan a otro país buscando unas mejores oportunidades. Y eso hace que se vayan perdiendo ciertas tradiciones y costumbres y haya una dificultad para identificarse con el entorno y contexto social.
¿Qué mensaje les envía a líderes políticos y medios de comunicación para mitigar la xenofobia, tanto para la población local como para la migrante?
Empecemos por el respeto hacia el otro y hacia la diversidad, por poder empatizar con la situación del otro, es decir, ponernos en el lugar de esa persona y sus familias. Creo que cuando tenemos la capacidad de ponernos en ese lugar y ser empáticos, le estamos dando un importante punto de partida.
Pienso que una misión y reto importante que tiene el Gobierno, en general, es trabajar con las comunidades, sobre todo las migrantes, empezando por el análisis de esas experiencias, al igual que poder identificar y ofrecer estrategias de acompañamiento psicológico; en términos de salud mental, física, de promoción y prevención enfocadas hacia poblaciones específicas para llegar de una manera más pertinente y ajustada a la realidad.
Frente a los medios de comunicación, estos tienen un impacto importantísimo en la sociedad y es cómo se trasmite el mensaje, cómo se le llega a las comunidades y empezar a ver esta situación de desplazamiento, de migración, no solo desde la perspectiva de diversidad y la aceptación de una nueva cultura y de cómo podemos nosotros abrir camino, para ayudarles al mejoramiento de la calidad de vida.
La adversidad se convirtió en una constante para los migrantes venezolanos, quienes caminan sin rumbo fijo esperanzados de encontrar una solución a su crisis. Fotos: Cesar Flórez – Plataforma UPB
Laurentino Rodríguez, politólogo y docente de la Universidad Pontificia Bolivariana, Seccional Bucaramanga habla sobre la economía y los aspectos culturales que comparten ambas naciones.
¿Qué ocurre con Norte de Santander con respeto a la economía y la seguridad?
Siempre las ciudades de frontera y sus economías son muy inestables por tránsito permanente de un lado a otro. Entonces, las fronteras son muy porosas e inestables. Frente al intercambio económico no se tiene una estabilidad por el movimiento de dinero y de divisas.
¿De qué manera se le puede garantizar a los ciudadanos de Venezuela empleo y vida digna en Colombia? Teniendo en cuenta el rechazo que se percibe a diario por los ciudadanos.
Tratándose de países subdesarrollados que dependen fundamentalmente de los impuestos, las materias primas y de economía de mono-exportación, garantizarles vida digna a los ciudadanos es muy difícil. En Colombia, migró hacia Venezuela en el pasado, hace 15 o 20 años, o menos, cinco millones de colombianos. Ahora, la situación se ha tornado diferente en un país donde no tiene gran acumulación de capital. Garantizarles vida digna a los ciudadanos es muy difícil. Además, la xenofobia siempre está de un lado al otro de la frontera, a pesar de que tenemos en común una idiosincrasia, una historia, una lengua, una religión, hasta un territorio que tenemos en común (acordémonos de la Gran Colombia). Es complejo que países como el nuestro pueda garantizarles una vida digna.
¿Cómo se reduce la oportunidad de trabajo para el colombiano? Y ¿Cómo afecta esto al PIB de Colombia?
Como nosotros sabemos, Colombia respecto al trabajo también está pasando una situación supremamente difícil, el desempleo ha aumentado, aproximadamente, en un 13%. Por otro lado, la pobreza está por los 17 millones de colombianos, entonces, las oportunidades de trabajo para el colombiano son difíciles, mucho más para los venezolanos. La criminalidad va a aumentar por la pandemia, el Producto Interno Bruto (PIB) colombiano se ve también afectado debido a que las exportaciones y la economía internacional también presentaron un bajón bastante grande.
¿Cómo ha sido la incorporación de los venezolanos a una nueva cultura? ¿Se han visto afectados?, o por el contrario, ¿son los colombianos los afectados por su llegada?
Ambas son culturas muy parecidas, disímiles, pensando más que existió la Gran Colombia, que tenemos en común también la historia de Bolívar -que es Venezolano- y participó en la independencia, compartimos lengua, religión, entre otros aspectos. Nos separan algunos matices, algunas idiosincrasias, pero no afectan en gran medida una relación con la otra. En este sentido, son más las afinidades que lo que nos separa.
¿Qué mensaje les envía a líderes políticos y medios de comunicación para mitigar la xenofobia, tanto para la población local como para la migrante?
Compartimos intereses comunes, necesidades en la patria grande dividida lamentablemente por intereses políticos. Acordémonos de la Gran Colombia, donde Colombia, Venezuela y Ecuador eran una sola región, un solo país (Quito, en ese caso). Realmente, faltaría más una integración latinoamericana que se ha tratado de de llevar a cabo. Por ejemplo, el fracaso del pacto andino, el Mercosur y otro tipo de asociaciones. Lamentablemente, en América latina, por su falta de desarrollo industrial, sus sistemas políticos muy atrasados y obsoletos y por las miradas corto clasistas y agresivas de las oligarquías, más que unirnos, nos alejan. Además, en el campo político hay una agresividad de parte del gobierno colombiano contra el gobierno venezolano. Lo que nos separa indudablemente es el sistema político.
Atravesar ciudades y países se convirtió en su mayor hazaña, pasando por hambre, frío y altas temperaturas, hasta encontrar un lugar medianamente estable para rehacer sus vidas. Fotos: Cesar Flórez – Plataforma UPB
Por su parte, Jose Mateo Cardenas Vasquez, profesional en Ciencia Política y Gobierno, con Enfasis en Gerencia Pública de la Universidad del Rosario enfatizó sobre la problemática de la migración en oriente y el país.
¿De qué manera se puede mitigar el tránsito de migrantes venezolanos en el país?
En primer lugar, la problemática venezolana es bastante compleja de controlar, ya que ellos esencialmente actúan por una necesidad económica y socialmente hablando, que los obliga de una u otra forma a tener que emigrar desde su país o de donde se encuentren, porque hemos visto migraciones donde Colombia puede ser un país corredor o puede ser un país destino, muchas veces pasan por acá nada más con destino a Brasil, hacia el sur de América o se radican en Bogotá.
Veo problemas muy serios en la frontera, sobre todo en Cúcuta, que es, creo yo con conocimiento de causa porque he trabajado allá, que no están siendo lo suficientemente rigurosos a la hora de controlar este paso fronterizo y es que además es bastante difícil controlar esta problemática, porque Colombia cuenta con kilómetros y kilómetros y kilómetros de frontera con Venezuela en los cuales claramente no vamos a poder controlar. Entonces, casi siempre es “cerramos el puente”, pero igualmente por la quebrada o más abajo por La Guajira o por cualquier parte constantemente hay personas que están cruzando el país y es supremamente difícil de controlarlo.
¿Qué acciones, medidas o soluciones deberían generar ambos gobiernos?
Es un dilema muy grande porque en términos generales el gobierno que decida tomar estas medidas siempre van a ser juzgados por su propia población.
Si el gobierno no les ayuda los estaría forzando a incrementar los índices de criminalidad y vandalismo por parte de estas personas en los territorios.
Considero que se debería destinar determinada cantidad de recursos, dependiendo obviamente de las condiciones de cada Nación, para contribuir con estas personas; pero, así mismo, se debe intensificar la mano dura con aquellos que no están llegando a aprovechar estas buenas intenciones y que por el contrario se están aprovechando de las ayudas.¿con esto a que me refiero? A la delincuencia común. Por lo que, considero es un poco de ambas perspectivas, no podemos ser laxos con las personas que vienen a afectar de forma negativa al país, pero por unos pocos no podemos afectar a los que tienen buenas intenciones y buscan generar un sustento de vida digno.
¿Qué mensaje le envía a líderes políticos y medios de comunicación para mitigar la xenofobia, tanto para la población local como para la migrante?
Considero que es primordial pedir el favor a los gobernantes y solicitar decencia para no tomar una bandera política o una razón social con el propósito de ganar electores. Yo pienso que lo primero que se debería hacer desde la clase política, no es abordar esto como un enemigo en común; es decir ellos y nosotros, sino hablar de estrategias para articular el trabajo de ellos y las necesidades de nosotros, generando trabajo en equipo para que estas personas se puedan adaptar al contexto e integrarse de la mejor manera. Pero por lo menos yo como analista no le veo un fin próximo a esta problemática.
Que utilicen sus influencias para enviar mensajes de unión y no de rechazo hacia esta población. También considero que es un tema de más empatía.
Creo que estamos igual de jodidos los colombianos como los venezolanos con los altos índices de desempleo en el país, estamos enfrentando una cifra de desempleo histórica a causa de la pandemia y muchos otros factores. Es por esto que, si no encontramos soluciones prontas para nuestro país y de raíz, económicamente hablando, tampoco le vamos a poder ofrecer una ayuda de verdad a estas personas que llegan al país buscando oportunidades.