Foto portada: Mark Gooding @markgooding
La noche del viernes 24 de octubre falleció en Bangkok la Reina Madre de Tailandia, Sirikit Kitiyakara, a los 93 años. Su muerte marca el fin de una era para la monarquía tailandesa; el hecho llevó al rey Maha Vajiralongkorn a declarar luto nacional.
Tailandia es una monarquía constitucional, donde el rey es el jefe de Estado, pero el poder político lo ejerce un gobierno encabezado por un primer ministro y un parlamento bicameral. Aunque la monarquía no interviene directamente en las decisiones políticas, sigue teniendo fuerte influencia simbólica y cultural sobre la sociedad.
Sirikit nació el 12 de agosto de 1932 y se casó en 1950 con el entonces rey Bhumibol Adulyadej (Rama IX), con quien compartió seis décadas de reinado. Fue reconocida por su labor social, el impulso de la seda tailandesa y su cercanía con comunidades rurales.
Visibilizó el papel de las mujeres en la sociedad y, en 1976, creó la Fundación de Apoyo (Support), dedicada a promover y preservar la artesanía tailandesa, además de mejorar la calidad de vida de las mujeres en zonas rurales.
The United Nations in Thailand expresses its profound sadness at the passing of Her Majesty Queen Sirikit, The Queen Mother of Thailand.
— United Nations in Thailand สหประชาชาติในประเทศไทย (@UNThailand) October 25, 2025
We extend our deepest condolences the Royal Family and the people of Thailand during this time of national grief.pic.twitter.com/EeaQLu8EcY
De acuerdo con la Casa Real, la Reina Madre estuvo hospitalizada desde 2019 por diferentes problemas de salud. En octubre su estado empeoró a causa de una infección sanguínea y, finalmente, murió el 24 de octubre a las 11:11, hora local.
El gobierno tailandés decretó treinta días de luto oficial, con banderas a media asta y recomendaciones a la población de vestir de negro o colores sobrios. Los funcionarios públicos deberán guardar un año de duelo.
La Reina Madre deja un legado de elegancia, trabajo social y devoción por su país. Su muerte representa no solo una pérdida para la familia real, sino para millones de tailandeses que la consideraban una madre y que llenaron las redes sociales con mensajes de respeto y condolecias.




