Un 75% es la cifra que representa el deterioro de los ecosistemas terrestres de Colombia y otro 66% el ambiente marino que está alterado por acciones humanas.
Como consecuencia de las malas decisiones que año tras año toman los representantes del país también se puede evidenciar que de los 5.9 millones de especies terrestres, más de 500.000 no tienen un hábitat suficiente para su supervivencia a largo plazo. Y, por otra parte, en el 55% del área oceánica hay pesca industrial y el 33% de las poblaciones de peces marinos se extraen en cantidades insostenibles.
El cuidado del medio ambiente es una lucha de toda la vida, pues, aunque se han creado leyes que protegen la conservación de la flora y fauna de todo el mundo, hay otros códigos que favorecen la caza, tala de árboles y demás acciones que atentan contra la naturaleza. No solamente el maltrato animal ha crecido, sino también la conservación de lugares considerados como patrimonios culturales o de reserva y conservación, los cuales de igual manera son contaminados altamente o no son respetadas las leyes que en ellos se acogen para su protección. De hecho, esto ha llevado a la extinción de diversas especies y otras tantas están amenazadas.
Como consecuencia de ello se han logrado establecer unas áreas resguardadas de lo cual se encarga el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, SINAP, conformado por 1.130 áreas protegidas que ocupan una superficie de 31.179.858 hectáreas (15.06% del Territorio Nacional), distribuidas en 16,08% de la superficie terrestre del país y 13,80% de la superficie marina de Colombia.
Este es el caso de los tiburones, la noticia viral que ha circulado por todos los medios de comunicación a causa de una declaración del ministro de Agricultura, Andrés Valencia Pinzón, quien generó controversia en la sociedad. En aquel decreto se permiten cazar 125 toneladas de aletas de tiburón para ejercer la práctica del “aleteo” y aunque esto genera indignación, el ministro se respalda diciendo que fue firmado para controlar el mercado negro del “aleteo”. Aun así, las personas no aceptan tales términos, prácticas ni decisiones.
Plataforma Digital habló con Luis Alfonso Cano, director de Comunicaciones y Educación Ambiental de Parques Nacionales Naturales de Colombia y esto fue lo que respondió:
Desde la academia ¿cómo podemos contribuir a que la preservación del medio ambiente siga aumentando?
Luis Alfonso Cano (L.A.C): Primero que todo, generando conocimiento y divulgando la investigación para que más personas puedan opinar y tomar decisiones fundamentadas en conceptos técnicos y científicos sobre estos temas, pues muchas referencias de la conservación se adhieren a estos dos ámbitos además del conocimiento que brindan las comunidades que viven en los territorios.
Segundo, la academia puede ayudar llevando a los estudiantes a que visiten, vivan y conozcan la experiencia de lo que son este tipo de ecosistemas y los procesos naturales que allí se dan, al igual que reconocer los daños e impactos ambientales que estamos creando los seres humanos sobre los ecosistemas como también lo difícil que es lograr procesos de conservación de los territorios.
Teniendo en cuenta la práctica de “aleteo” permitida en Colombia ¿cómo se ve reflejado el daño ocasionado al mundo marino y a los demás territorios y especies que dependen de él?
L.A.C: Hay que aclarar que en los Parques Nacionales Naturales está prohibida cualquier tipo de pescan, ya sea artesanal, deportiva o industrial. En ese sentido, la nueva norma no va tocar los parques nacionales, pero igualmente las especies no reconocen esos límites sobre qué es un parque nacional y qué no, entonces allí toca tener mucho cuidado y control por parte de las autoridades que controlan el tema de la pesca en nuestro país para que se cumplan las normas y se respeten los límites que pusieron a ese tipo de pesca, sobre todo con los tiburones y otras especies que están amenazadas en Colombia.
¿Cómo actúa Parques Nacionales Naturales de Colombia frente a dicha decisión del Ministro de Agricultura?
L.A.C: Nosotros no tenemos ninguna injerencia en esa decisión porque eso le corresponde al Ministerio de Agricultura. Nosotros nos dedicamos a la conservación de las especies dentro de los parques nacionales naturales.
¿Cómo podemos conservar los tiburones?
L.A.C: Nosotros estamos haciendo unos trabajos muy importantes de monitoreo de especies. Tenemos un proyecto que se llama “El corredor marino del pacífico este tropical” que vincula a Panamá, Costa Rica, Ecuador y Colombia con la Isla Coco, Galápagos, Malpelo, Gorgona y Coiba, donde se está haciendo un monitoreo de los tiburones que están transitando en su lecho de vida, ecosistemas e islas, haciendo un seguimiento para estudio de las poblaciones, dinámicas de estas especies y sus reproducciones. A la par se hace una tarea de prevención, vigilancia y control con la Armada Nacional, que nos presta apoyo y sobre todo en Malpelo y Gorgona, haciendo recorridos para verificar que no entren pescadores ilegales a cazar las especies que tenemos en nuestros mares.
En dado caso que los tiburones se lleguen a extinguir, esto afectaría los niveles de los ecosistemas y el equilibrio del ciclo natural como también la cadena alimenticia ¿cuál sería el llamado de atención?
L.A.C: El llamado de atención es que tenemos que trabajar para que no suceda la extinción de los animales y si se extinguen los tiburones ya no hay nada que hacer, simplemente buscar fotografías o videos que permanezcan en la historia para trasmitirlo de generación en generación. Los tiburones son importantísimos para los ecosistemas porque son ejemplares que controlan otras especies de los mares, por lo tanto, si desaparecen, esas especies controladas van a crecer generando un desequilibrio muy grande en los ecosistemas.
Otro tema importante también es reeducarnos nosotros frente a ese tipo de especies. Por ejemplo, el cine ha ayudado mucho a satanizar varias de las especies que tenemos en el mundo, sobre todos los tiburones, y en las películas se plasman miedos que producen temor y odio frente a este tipo de especies que NO son dañinas ni ocasionan esos efectos sobre los humanos, como nos demuestras las producciones audiovisuales; esto ha pasado con los tiburones, hormigas, abejas, pirañas… prácticamente tenemos un zoológico completo que Hollywood se ha dedicado a satanizar y volverlos terroríficos cuando realmente son animales salvajes que están en sus territorios y actúan como lo que son: especies vivas dentro de su terrario. Los humanos somos quienes nos hemos encargado de causar daño a esos animales y en meternos en la cabeza nosotros mismos que ellos son malos y que tenemos que acabarlas y eso no debe ser así. Por eso debemos reeducarnos y respetar esas formas de vida porque son vida y toda forma de vida es válida.
Nosotros los humanos no somos nadie para decidir quién debe vivir y quién no como tampoco imponer cómo hacerlo.