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El fin de los trapiches garroteros

Por: Gabriela María Carvajal Bayona
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Una de las principales representaciones de Piedecuesta, en Santander, era la producción y elaboración de panela que desapareció en gran parte por falta de apoyo del gobierno, sumado al contrabando e informalidad de la misma.

Una de las principales representaciones de Piedecuesta, en Santander, era la producción y elaboración de panela que desapareció en gran parte por falta de apoyo del gobierno, sumado al contrabando e informalidad de la misma.

Es triste ver como la pujanza con la que se trenzó este municipio y sus alrededores gracias a los cultivos de cañaduzales, sea ahora el tejido de las grandes urbanizaciones, debido no solo al crecimiento de la población sino a la falta de oportunidades de la misma industria. Es como si sus administradores municipales y habitantes enterrasen a ese dulcecito, que un día llenó de energías y méritos a la antigua Villa de San Carlos.

Este pueblo contaba con alrededor de 75 trapiches, de los que no queda ni uno al día de hoy. Así como llegaron a su fin también le llegó a la Cooperativa Panelera de Santander, Coopanelas, quien se mantuvo al servicio en el municipio garrotero por más de 78 años. Una de las tantas quejas que presentaron los antiguos productores y propietarios fue la falta de promoción y consumo del producto por parte del Estado. Ya que este, frente a las problemáticas que enfrentaron por años de cierto modo pareció no importarles.

Pero cómo no quejarse ante una situación así, si en la pasada administración y en las anteriores, los planes de gobierno no acapararon debidamente al cultivo de la caña de azúcar. Pues así lo dejó ver en su programa de gobierno el exalcalde Danny Ramírez. “Históricamente, la economía de la localidad ha girado en torno al cultivo de la caña de azúcar, cultivo que perdió la importancia que tenía”, manifestó Ramírez. Con afirmaciones como estas es obvio que el campesino lograra desmotivarse y no quisiera seguir en la lucha diaria por la transformación de este producto, es un gobierno que ignoró su ADN y lo poco que quedaban de estos cultivos.

Fuente: Piedecuesta mi plan de desarrollo 2016/2019

Otro de los factores que afectaron fuertemente al sector panelero fueron los establecimientos ilegales, ya que estos se encargaron -y actualmente lo siguen haciendo- de la elaboración de panelas falsas a punta de azúcar fundida y melado de panela. Infringiendo así a la Ley 40 de 1990, la cual regula y reglamenta la inhabilitación de dicha práctica en el país.

Gracias a estos acontecimientos también se suma la forma irregular de su venta, ocasionado una pérdida económica y llevando en últimas instancias a que los campesinos tuviesen que vender sus tierras a precios bajos para poder pagar los créditos obtenidos o muchos de ellos empezar a sembrar otros productos de consumo viable.

Por otra parte, quien se ha ido beneficiado de este triste dilema, es el sector de la vivienda ya que estos son los que salen ganando después de todo. Como es de esperarse, la zona de urbanización es la gallina de los huevos de oro en cualquier parte, ya que el crecimiento de los municipios y las regiones cada día es mayor.

Por esta razón, estos sí cuentan en gran parte con el apoyo incondicional de algunos gobernantes, ya que allí también está la tajada para unos cuantos y nadie dice nada. Mientras tanto los cultivos de caña, la elaboración de panela y el cierre de los trapiches que se afecten, debido a que no votaron la suficiente plata para prestarles atención.

Por mi parte, como buena garrotera, espero que con la actual administración del alcalde Mario José, por lo menos no se dejen morir productos como el tabaco y la mora que son parte del patrimonio piedecuestano.

Finalmente, cambiamos las vitaminas y nutrientes de una alimentación balanceada, de azúcares naturales, sin conservantes y económica, gracias al poco apoyo y regulación que se debe tener en un producto tan indispensable como lo es la panela, por una apertura de puertas y oportunidades al crecimiento de las grandes construcciones que en parte también acabaron con lo que queda de los cultivos de caña de azúcar.

Me pregunto ahora: ¿Qué se le echará a la carne oreada?, uno de los platos típicos de Santander, o ¿Qué será de la cuajada sin su melado? O peor aún, al paso que vamos ¿tocará quitarle la caña de azúcar que tiene por símbolo la bandera de Piedecuesta?


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