El Llanito es conocido por ser el lugar donde se come el mejor pescado frito sudado de la región, preparado por personas de la Ciénaga que, utilizando la receta tradicional, deleitan los paladares de propios y visitantes. Pero, el pescado en este territorio santandereano no es solo utilizado como alimento sino también como un recurso para realizar diferentes artesanías.
Como parte de un proyecto liderado por Cidemos, Corporación para la Investigación y Desarrollo de la Democracia, que busca la recuperación total del pez, las profesoras Jeimy Torres y Ofelia Meza, docentes del área de Ciencias Naturales y Educación Ambiental de la Institución Educativa San Marcos, después de realizar una búsqueda en su territorio, específicamente en el Puente, sitio donde llegan los pescadores de la Ciénaga, les surgió la idea de elaborar accesorios para mujeres con las escamas del pescado, porque “ la gente cree que es desecho, la idea no es solo comernos el pescado, sino también aprovechar los otros ingredientes que tiene y que nos pueden servir” mencionó una de las docentes.
Estas docentes desde las áreas que orientan y con el Grupo Ecológico “por los senderos de la educación ambiental”, integrado por estudiantes de primaria y bachillerato, llevaron la idea hasta el aula de clase, ya que además del proyecto de Cidemos, el colegio estaba organizando la Semana Cultural, un espacio para las muestras artísticas y culturales de los estudiantes en donde toda la comunidad del corregimiento se congrega. “Las señoras y los chicos son bastante creativos, tienen habilidades manuales”, dijo Ofelia Meza. Razón por la cual, las docentes con ayuda de dos madres cabeza de familia y una estudiante empezaron a elaborar las artesanías.
Diana Patricia Herrera, es una de esas madres, quien decidió colaborar en el proyecto con su talento y tiempo para la creación de los aretes, collares y manillas. Herrera contó que para realizar las artesanías las escamas deben pasar por un proceso de limpieza con jabón y límpido con el fin de eliminar el particular olor del pescado. “Después, se ponen a secar. Cogemos papel cometa, lo echamos en agüita para que salga el color, echamos las escamas y lo dejamos por ahí una media hora, seguido de esto, las sacamos y las colocamos al sol para luego procesarlas”, finalizó Diana mientras pintaba unas escamas para la próxima artesanía.
Además de las manillas elaboradas por Diana Herrera, Claritza una joven llanitera, utiliza la técnica enseñada en las clases de Turismo del colegio para elaborar pulseras tejidas con escamas de pescado, “las escamas son muy duras para abrirle el hueco y además el nailon es muy grueso”, menciona Claritza, que utilizaba un palillo, bastante presión y paciencia para lograr que dentro de sus nudos macramé y francés, las escamas de colores se llevaran todo el protagonismo.
“Hay que tener mucha calma, paciencia y tiempo porque las escamas son bastante delicaditas, entonces con un poquito de imaginación, va mirando que cosa le sale. Pero, es muy bonito la nueva actividad que me colocó la profe”, dijo Diana Herrera, quién piensa seguir haciendo manillas para comercializar, al igual que Claritza, que encontró en la idea de las profesoras una forma para aplicar sus conocimientos en las manualidades.
Las profesoras Jeimy y Ofelia, Diana y Claritza son una parte de las mujeres del Llanito que dedicaron sus habilidades manuales para seguir con la tradición pesquera del corregimiento, entendiendo que el pescado puede ser utilizado en su totalidad y que lo que normalmente se considera como un desecho, con el debido tratamiento se convierte en artesanía, así como en croquetas para perros o colágeno para el consumo humano.