Se trata del proyecto denominado “Eficacia de una intervención educativa en gestantes adolescentes para el mantenimiento de la lactancia materna exclusiva”, a través del cual contemplan dos grupos: 59 mujeres en “intervención”, en el que reciben información sobre educación fuerte en lactancia materna y otras 59 en “control” para conocer acerca de los cuidados durante la gestación y el nacimiento del bebé.
En las dos fases, las madres reciben la misma información relacionada con los cuidados de ellas durante el embarazo y los de su hijo en el hogar, pero el grupo “intervención” obtiene adicionalmente unos conocimientos relacionados con lactancia materna. Por lo tanto, en este se promueve sensibilizar y mantener la alimentación materna exclusiva, su composición y los beneficios psicológicos y fisiológicos de lactar para ellas, los recién nacidos y la sociedad.
El proyecto tiene el aval de ética de la universidad patrocinadora, las garantías y permisos de las instituciones de salud donde se está desarrollando, como es el caso del Hospital local de Piedecuesta, la Clínica Girón y el Instituto de Salud de Bucaramanga, Isabu. Sin embargo, actualmente se realiza en dos establecimientos localizados en Piedecuesta y Girón.
Al plan están vinculadas cinco personas, Iliana Ulloa como coordinadora del proyecto, así como las profesoras María Vivina Cárdenas Villabona y Claudia Consuelo Domínguez, quienes junto las jóvenes investigadoras Ingrid Mayerli Altuzarra y Mary Alejandra Mendoza estarán durante 18 meses frente a esta iniciativa.
El acta de inicio de este proceso fue firmada el 18 de octubre del 2018 con vencimiento del 20 de abril del 2020, tiempo en el que cada mes se crean grupos nuevos. Tras un parto, se realiza un encuentro por semana, es decir 4 veces al mes, y cuando nace el bebé las enfermeras visitan la casa de las usuarias a los dos meses, luego a los cuatro y seis para asegurar que todo va bien con ella y el bebé, además de corroborar que se esté aplicando todo lo que se le enseñó durante el curso mientras estaba en embarazo.
Panorama
El aumento de madres adolescentes es un problema que aflige a la sociedad colombiana, pero también es un detonante a nivel mundial para impulsar espacios que propicien la educación y enseñanza en métodos anticonceptivos, su correcto uso y el conocimiento sobre el proceso de lactancia materna para quienes han quedado embarazadas y deben asumir esta responsabilidad.
Según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud del 2015, el 17.4% de la población es adolescente, en el que se concluye que al 13.6% pertenecen jóvenes entre los 15 y 19 años de edad, y dentro del mismo el 3.7% se encuentra en embarazo. Por este alto número de adolescentes embarazadas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) han realizado múltiples esfuerzos por mantener la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses, y con alimentación complementaria hasta los 2 años de edad, ya que, de acuerdo con la Unicef, la lactancia materna puede evitar 1.4 millones de muertes en niños menores de 5 años alrededor del mundo.
Es así como parte de los objetivos de esta iniciativa es que las adolescentes aprendan e incrementar su nivel de conocimiento, la importancia y los beneficios que trae la lactancia materna consigo mismas y con sus bebés, según manifiesta Iliana Ulloa, quien añade que si se cumple esta meta “tendríamos un infante mejor alimentado y con altos patrones de crecimiento y desarrollo, aumento de factores inmunológicos, menos episodios de enfermedades respiratorias, gastroentestinales y otras infecciones que son comunes en la infancia como también tendría un alto impacto positivo en la parte psicológica, social e intelectual de los bebés”.
El curso está compuesto por cuatro sesiones educativas. En la primera, se les habla de todos los cambios y cuidados que se deben tener durante la gestación, así como los signos de alarma; en la segunda, conocen todo lo que corresponde al trabajo de preparto, parto y postparto y los cuidados respectivos. Hay una tercera parte que abarca los cuidados que se deben tener con el recién nacido en el hogar, y finalmente, la cuarta etapa en la que se informa sobre los derechos a la salud sexual y reproductiva y los métodos de planificación familiar en el postparto.
De igual manera, con el proyecto se busca disminuir las tasas de abandono de lactancia materna y aumentar los conocimientos en las adolescentes. “Las razones por las que decidimos empezar el proyecto es por los porcentajes encontrados del abandono de la lactancia, el desconocimiento de la importancia de esta práctica, el alto número de adolescentes que están embarazadas actualmente y especialmente porque las adolescentes son las que más desconocen respecto a la lactancia materna” afirmó la joven investigadora Mary Alejandra Mendoza.
Existen unos criterios de inclusión a este plan, los cuales requieren que las mujeres sean colombianas adolescentes entre 14 y 19 años con 20 o 30 semanas de gestación y que estén embarazadas por primera vez. “Decidimos que fueran colombianas porque nos dimos cuenta que las venezolanas no tienen un lugar de vivienda fijo, es una población muy flotante y pueden que inicien el curso y no lo terminen, entonces lo que necesitamos es darle continuidad a todo el proceso” agregó Mendoza.
En cuanto a las madres, participar en un curso de estos y sobre todo promover y mantener la lactancia materna, conllevaría a tener beneficios a corto y largo plazo, pues disminuiría sus riesgos de hemorragia, al igual que de infecciones, y mejoraría el vínculo entre la madre y el bebé como también la autoestima como mujer y como mamá. A largo plazo, tendría reducción de factores a nivel cardiovascular, obesidad, presión arterial, diabetes y cáncer de ovario y de mama, que son los predominantes en la población femenina.
Por otro lado, son muchos factores que están llevando al embarazo a temprana edad que puede ser generado por las condiciones socioeconómicas, porque no hay un proyecto de vida definido para las mujeres adolescentes o porque consideran que ser madres jóvenes les permitiría compartir mucho más tiempo con sus hijos, “además tienen una influencia sociocultural bastante fuerte y es hereditaria, generalmente son hijas de madres también adolescentes” confesó Iliana Ulloa.
Lactancia y anticoncepción
Sergio Romero, especialista en Ginecología y Obstetricia, confirma que muchas de las mujeres adolescentes creen que lactar funciona como método anticonceptivo, lo cual no es verdadero, pues es un mito que circula en la sociedad hace mucho tiempo y que solo tiene efectividad un mes después del nacimiento del bebé, y es en este tiempo en el que no se tienen relaciones sexuales, por ello, una vez la madre da a luz, ella debe asistir a un control médico para que se le proporcione un método anticonceptivo que le permita no volver a quedar en embarazo temprano, pero que tampoco afecte su lactancia.
El doctor reafirma que el único alimento que debe recibir el bebé durante sus primeros 6 meses de vida es la lactancia materna exclusiva, pues es la que contiene exactamente los nutrientes que cada recién nacido necesita como defensas, proteínas y hasta emociones y sentimientos. El momento de lactancia materna “se establece como una serie de herramientas en el bebé que le van a servir para su vida futura” dice, agregando que esto se ha podido evidenciar en estudios dentro los cuales hacen parte los niños que no tuvieron lactancia materna exclusiva.
Madres adolescentes participantes en este proyecto como Maira Alejandra Martínez expresaron haber adquirido un alto conocimiento entre los cuales resalta aprender a limpiarle el ombligo al bebé, cómo y con qué cargarlo, entre otras calves que les fueron de mucha ayuda.