Debido a la crisis de salud pública que actualmente enfrenta el mundo debido a la COVID-19, se han presentado múltiples efectos secundarios. Uno de ellos, el desabastecimiento de insumos como el alcohol antiséptico y los tapabocas.
Por esta razón la Organización Mundial de la Salud, OMS, pidió no acaparar estos productos, pues es necesario que especialmente el personal médico siga abastecido de ellos.
Pero esta escasez de insumos médicos también se ha presentado en Santander, así lo confirma Nydia Aguilera, quien es dueña de una droguería en Floridablanca. La farmaceuta asegura que “duramos más o menos tres semanas prácticamente sin tapabocas, sin alcohol y sin guantes y entonces, necesitábamos ir buscando en varios depósitos”.
Esta falta de suministros médicos se acrecentó después de que el 4 de abril el gobierno nacional decretara el uso obligatorio del tapabocas en el transporte público, o espacios en los que hubiese una gran aglomeración de personas.
Con todo lo anterior, se hizo presente otro problema, el alza en los precios de estos insumos debido al aumento de la demanda y a la escasez de la oferta. Un claro ejemplo es el que plantea Aguilera: una caja de tapabocas por 50 unidades tenía un precio usual de 12.000 pesos colombianos y en el transcurso de esta crisis ha llegado a alcanzar costos de incluso 85.000 pesos.
Teniendo presente este panorama, hay diversas soluciones planteadas tanto por el gobierno como por empresarios, o emprendedores que ayudan a contrarrestar esta problemática.
Ver infografía ‘Cómo fabricar un tapabocas de pliegues’
Las soluciones dadas por el gobierno:
Precisamente para buscar frenar el alza de los precios,la Superintendencia de Industria y Comercio sacó un listado con 26 productos de primera necesidad los cuales tendrán un control riguroso durante la pandemia. Hay que tener en cuenta que entre estos se encuentran algunos de la canasta familiar y suministros médicos entre los que figuran la mascarilla quirúrgica convencional y la solución o gel desinfectante a base de alcohol.
Toda esta reglamentación se encuentra en la Resolución 078 del 7 de abril de 2020 que tiene como “fin de evitar la especulación de precios y prevenir las conductas de acaparamiento que puedan presentarse durante el período de Emergencia Económica, Social y Ecológica”.
La Superintendencia Nacional de Salud se acogió a dichas medidas después de que consumidores de diversas zonas del país presentaran quejas, entre las cuales se encontraba el departamento de Santander. Con esta posible solución no solo se busca controlar los precios, sino también evitar el acaparamiento por parte de los compradores, ya que especialmente en los primeros días de la crisis, muchos de ellos adquirieron varios productos de la misma referencia, haciendo que se agotaran más rápido.
Para llevar a cabo esta regulación, como lo indica la resolución, “los agentes y actores de las cadenas de producción, distribución y comercialización deberán suministrar los datos de precios de estos 26 productos al DANE, y la entidad se encargará de realizar un reporte de seguimiento cada cinco días, que será entregado a la Superintendencia de Industria y Comercio y a los ministerios encargados, para realizar las acciones de vigilancia y control.
Por otra parte, al comenzar esta crisis, y con la intención de protegerse, civiles adquirieron de forma masiva el tapabocas de la referencia número 95, el cual al tener altos estándares de bioseguridad, es el recomendado para el uso del personal médico. Pero frente a sus altos índices de compra, este comenzó a escasear incluso en las instancias de salud.
El Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos,Invima, aseguró que “es importante aclarar que la máscara de alta eficacia N95 es para uso exclusivo de personal de salud. Si decides utilizarlo podrías contribuir a que se presente desabastecimiento de este dispositivo médico en el país y al no cambiarlo todos los días se convertiría en un elemento recolector de microorganismos”.
Finalmente, el gobierno también dio otra solución, que beneficia no solo a la salud, sino también a la economía del país, ya que recientemente lanzó una convocatoria para fabricar utensilios médicos, como guantes quirurgicos, batas medicas o tapabocas, de estos últimos se esperan fabricar 20 millones. Para esto, empresarios, en su mayoría del sector textil, deben demostrar que tienen la capacidad de fabricar dichos productos. Después, el gobierno elegirá a unas empresas, las capacitará de acuerdo a las normas de seguridad, y les dará una licencia. Con esto, no solo se ayuda a disminuir la escasez, sino que también se reactiva la economía, generando más empleos.
Otras soluciones:
Por otra parte, se han planteado otras formas para disminuir esta escasez. Un ejemplo de ello fue la donación de la cantante Shakira de 50.000 tapabocas número 95 a la alcaldía de Barranquilla, con el fin de abastecer un poco al personal médico su ciudad natal.
Otra opción viable es la aprobación por parte del Invima a que más empresarios elaboren estos productos. Un ejemplo de esto es la Fábrica de Licores de Antioquia, quien desde el 1 de abril comenzó a producir alcohol antiséptico debido a la licencia otorgada por dicha institución.
Sobre esto habla Danel Blanco, médico cirujano quien ejerce en el municipio de Concepción Santander de la Provincia de García Rovira “el Invima el centro regulador que tiene Colombia para establecer el uso de nuevas tecnologías, y lo mismo pasa, no sé si han visto, yo estoy seguro que sí, que muchas universidades o muchos jóvenes está en pro o en la carrera de sacar ventiladores mecánicos, que a fin de cuentas es el elemento final que uno utilizaría con un paciente con COVID-19, esto ventiladores si bien sí pueden ser de importante uso para nosotros, hasta que el Invima no los acepte, no diga que tiene todas las capacidades, todas las cualidades que nosotros necesitamos, con todos los requerimientos y los estándares de calidad que ellos solicitan, pues nosotros no podríamos darle uso”.
En Santander 27 instituciones, entre academias y empresas, decidieron colaborar para combatir la falta de insumos médicos presentados por la crisis, elaborando algunos de los elementos necesarios para enfrentar el coronavirus, como ventiladores artificiales, máscaras faciales, entre otros. Pero, como lo mencionaba Blanco, para que el personal de la salud lo pueda usar es necesaria la autorización dada por Invima.
Las múltiples soluciones dadas por el gobierno nacional y los entes encargados dan posibles alternativas que los ciudadanos pueden abordar a la hora de enfrentar el virus pensando en colectividad, pero para que estas puedan llevarse a cabo se requiere de tomar decisiones rápidas, adjudicando las respectivas autorizaciones.