Ilustración: Valery Kristina Pasachoa Franco.
En un esfuerzo por fortalecer el panorama cultural de la ciudad, entidades aliadas con el Instituto Municipal de Cultura y Turismo (IMCT) impulsan programas de formación artística en Bucaramanga que buscan garantizar la profesionalización de los creadores. Gracias a estas iniciativas, más de 1.300 estudiantes se beneficiarán en áreas como música, teatro, danza y artes plásticas.
“El sector cultural requiere ser elevado y reconocido no solo en nuestra región, sino a nivel nacional, gracias al talento que tiene Bucaramanga”, afirmó Laura Patiño, directora del IMCT.
Según el Sistema Nacional de Información de la Educación (Snies), de los 36.807 estudiantes que ingresan anualmente a programas de Bellas Artes en Colombia, solo el 18% logra graduarse. Pese a estas cifras, Patiño relató cómo desde la Escuela Municipal de Artes y Oficios (EMA) se ha adoptado una estrategia integral para extender su oferta formativa y transformar este panorama en 2025, brindando herramientas técnicas, administrativas y académicas a artistas de diversas disciplinas.
Solo en la segunda convocatoria para el fomento del arte, 115 millones de pesos fueron destinados para otorgar 39 estímulos a proyectos en teatro, música y artes plásticas. “No se trata solo de enseñar a tocar un instrumento o dominar una técnica pictórica; buscamos que el artista salga listo para gestionar su carreray vivir de ella”, precisó Patiño.
A raíz de la Política de Economía Naranja, las entidades bumanguesas están formulando iniciativas para correlacionarlas con la gestión cultural, promoviendo la idea de que la creatividad y el talento deben convertirse en motores de desarrollo económico.
Sin embargo, el Mapeo de Industrias Culturales y Creativas, estudio realizado por la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB), reveló que gran parte de los artistas y colectivos culturales del área metropolitana enfrentan a la precariedad de la informalidad. El Informe de Arte, Cultura y Desigualdades del proyecto Re-imaginemos señala que el 75% de los trabajadores vinculados a actividades de la economía naranja no están afiliados a salud ni pensiones, lo que evidencia que muchos artistas operan fuera del sistema de empleo formal.
Frente a estos hallazgos, el mapeo destacó un potencial creativo latente que, con una inversión adecuada en educación, puede reforzar los objetivos de desarrollo y proyectar a Bucaramanga como un centro cultural que dinamice la economía de las industrias culturales en la región.
Además, el Instituto Municipal de Cultura y Turismo anunció que también contempla la realización de muestras artísticas y plataformas de circulación que permitirán a los estudiantes y egresados presentar sus proyectos en escenarios locales y nacionales, afirmando que con esta nueva iniciativa los artistas comienzan a contar con un respaldo institucional más sólido.
En la imagen actrices del semillero de teatro.Foto: Diana Nicole Navarro Arias
Planificación cultural como una prioridad en la ciudad
El Plan de Desarrollo Municipal 2024-2027 ya había identificado la necesidad de garantizar acceso a procesos de formación artística como un mecanismo para reducir la desigualdad e impulsar la innovación social. En el documento, se fijaron metas claras con la destinación de 1.412 millones de pesos para la consolidación de programas como Arte en Circulación 2025.El proyecto se conecta además con el Acuerdo Municipal 026 de 2020, que reconoce la formación como clave para la sostenibilidad de las industrias creativas locales.
“Eso nos da una plataforma para poder hablar de que en Santander sí se está haciendo arte”, asevera José Santamaría, profesor de bellas artes de la Universidad Industrial de Santander. Con las alianzas académicas lideradas por la EMA, la administración reafirma su compromiso con la generación de un nicho cultural sostenible, cuyo objetivo es que los nuevos profesionales vivan de su arte sean reconocidos como agentes fundamentales en la construcción de ciudadanía.
El impulso de la Economía Naranja en el área metropolitana está reflejado en los 177 mil millones de pesos al año que genera el sector cultural creativo, según reporta un estudio de la Cámara de Comercio de Bucaramanga (CCB). Este dinamismo local se alinea con la tendencia nacional, donde la proyección económica de la cultura representa más del 3,6% del PIB.
Ensayo del semillero de teatro. Foto: Diana Nicole Navarro Arias
Radiografía del sector cultural local
Cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), evidencian que actividades como las artes visuales y escénicas han mantenido un crecimiento del 8,7% en los últimos cinco años. “La calidad del arte está cada vez tomando más posición en nuestro departamento”, asegura Santamaría, reconociendo que la ciudad se posiciona como un referente de formación artística en el oriente del país.
Pese a este crecimiento, el Plan de Desarrollo Municipal detectó falencias que limitan la garantía de ese derecho a la formación, como la baja participación juvenil, la falta de sedes descentralizadas de la EMA y la ausencia de infraestructura adecuada.
“La formación artística debe ser un derecho, no un privilegio”, afirmó María Juliana Daza, estudiante de la EMA. Con la intención de reducir esta brecha, una parte de los recursos del Ministerio de Cultura se invertirá en mejoras en infraestructura, contratación de nuevos docentes y adquisición de materiales.
Adicionalmente el Programa de Extensión Rural ha vinculado a más de 200 estudiantes a talleres de dibujo, pintura e iniciación musical en zonas rurales y contextos vulnerables.Este programa, según la alcaldía de Bucaramanga, también ha atendido poblaciones de alto riesgo: 82 menores del ICBF, 110 adultos mayores, 100 reclusos y 25 jóvenes barristas.
Hacia una economía creativa sostenible
Desde la percepción de los artistas, el reto de profesionalizar el arte en radica en forjar una economía creativa estable. Por ello, otra fracción del presupuesto del Ministerio de Cultura se orientará a becas, seminarios y asesorías en emprendimiento.
“Realmente las instituciones no son quienes hacen el desarrollo artístico en Bucaramanga, sino los artistas”, asegura Yehison Jiménez, bailarín profesional. Según el informe Bucaramanga Cómo Vamos 2024 que reporta que menos del 40% de los agentes culturales reciben ingresos constantes de su actividad creativa, y la mayoría depende de oficios paralelos para sostenerse.
Según Jiménez, el panorama actual revela que “el verdadero éxito de las diferentes iniciativas debe medirse en la posibilidad de que un joven que decide ser artista logre vivir de ello sin abandonar su ciudad”.