Tras 37 años de redefinir el medio, Anna Wintour culmina su labor como directora editorial de la edición estadounidense Vogue. Bajo su dirección, la revista se consolido como una brújula cultural que marcó tendencias en el mundo de la moda. Con su renuncia, la industria continúa expectante ante el nuevo panorama digital, que gana cada vez más fuerza bajo el liderazgo de su sucesora, Chloé Malle.
Según el Council of Fashion Designers of America (Cfda), una de las instituciones más importantes de moda estadounidense, el liderazgo de Wintour desde 1988 posicionó a la revista como la Biblia de la Moda. Sus esfuerzos por consolidar la Met Gala como un fenómeno global la convirtieron en una de las figuras más influyentes de la moda contemporánea, lo que le valió el Premio a la Trayectoria del Cfda.
Uno de sus logros más importantes fue romper con la tradición de las portadas, remplazando a las modelos de pasarela con estrellas influyentes de la época como Beyoncé, Madonna y Nicole Kidman. En 2009, la revista también se abrió a la política al publicar la edición Michelle Obama: la primera dama que el mundo había estado esperando en la primavera de ese año.Estos cambios fueron catalogados como hitos de apertura históricos, ya que construyeron un puente entre la alta costura y la cultura popular.
El fin de una era
Desde que asumió la presidencia del comité del Costume Institute en 1995, otro de sus mayores logros ha sido la transformación de la Met Gala en un acontecimiento cultural de escala mundial. Gracias a su visión, la gala dejó de ser un evento de recaudación de fondos para convertirse en uno de los espectáculos mediáticos más importantes. Desde sus directrices creativas, el evento se vincula con exposiciones artísticas y se entremezcla con temáticas anuales que reflejan fenómenos estéticos globales.
Según cifras del museo, la exposición Cuerpos celestiales: la moda y la imaginación católica en 2018 fue la más visitada, con un total de 1,65 millones de asistentes. Además, la gala ha recaudado más de 223 millones de dólares para el instituto entre 1995 y 2023, consolidando el prestigio de la moda en el arte y la influencia de Vogue en la cultura popular.
Gracias a estos logros que impulsaron su visibilidad mediática, Wintour fue nombrada Directora Artística de la editorial internacional Condé Nast en 2013, reafirmando su prestigio al convertirse en Directora Global de Contenido en 2020. “El nombramiento de Anna representa un momento crucial para Condé Nast, ya que su capacidad para adelantarse en la conexión con nuevas audiencias, al mismo tiempo que cultiva y guía a algunos de los talentos más brillantes de la industria, la ha convertido en una de las ejecutivas más distinguidas de los medios”, afirmó Roger Lynch, CEO de Condé Nast. Desde su gestión, la ejecutiva supo adaptarse a los cambios digitales, liderando la transición de la línea editorial hacia plataformas que impulsaron el crecimiento de Vogue, sumando más de 40 millones de seguidores en redes sociales.
A lo largo de su trayectoria, la británica ha sido reconocida con múltiples honores internacionales. En 2009 fue nombrada presidenta del Comité de Artes y Humanidades por el presidente Obama, en 2011 recibió la Legión de Honor de Francia y en 2017 fue ascendida a Dama Comendadora de la Orden del Imperio Británico. Recientemente fue galardonada con la Medalla Presidencial de Libertad, el honor civil más alto de Estados Unidos.
A pesar de que muchos internautas, críticos y medios de comunicación la han considerado la mujer más poderosa de la moda, la figura de Anna Wintour nunca ha estado exenta de controversia. En 2020, en medio de cuestionamientos por la falta de diversidad en las redacciones y en las representaciones de la moda, Wintour asumió públicamente su responsabilidad frente historias e imágenes que habían sido catalogadas como hirientes, añadiendo que “Vogue no ha encontrado suficientes maneras de dar espacio y visibilidad a editores, escritores, fotógrafos, diseñadores y otros creadores negros”.
Si bien las medidas adoptadas marcaron un giro en el discurso de Vogue, múltiples voces de la industria señalaron que sus acciones llegaron tarde y resultaron insuficientes ante décadas de exclusión sistemática. La contratación de colaboradores de minorías y la mayor representación en portadas fueron vistas como avances simbólicos más que como un cambio estructural. Las contribuciones del medio a la conversación sobre inclusión y diversidad continúan bajo escrutinio, a la espera de ver si la nueva gestión realmente transforma la cultura mediática.
Ahora, el reto de continuar y reinventar ese legado recae en Chloé Malle, la nueva responsable del contenido editorial de Vogue US. Con experiencia en el ámbito digital y una visión más cercana a las audiencias contemporáneas, Malle se enfrenta al desafío de mantener el aura de exclusividad de la revista mientras la adapta a un ecosistema digital que exige diversidad, transparencia y nuevas narrativas.
Aunque Anna Wintour continuará encargada de la dirección editorial global de Vogue y la dirección de contenido de Condé Nast, su renuncia marca el final de una era que revolucionó para siempre la relación entre la cultura, los medios y la moda.
Anna Wintour nos confiesa en #VogueOn cómo ha cambiado el mundo de los medios en todos estos años. Escucha el episodio completo aquí: https://t.co/z8Ggvmcpcspic.twitter.com/exDuOcdCts
— Vogue Mex y Latam (@VogueMexico) September 18, 2025