Fotos Portada: Tomadas por Yennifer Ramírez, periodista Plataforma.
En el marco de la pasada feria del libro “Ulibro2024 Palabras Vivas”, celebrada en la ciudad de Bucaramanga, una de las autoras destacadas fue la ganadora del Premio Iberoamericano de Poesía Reina Sofía, Piedad Bonnett, quien es poeta, novelista, dramaturga y crítica literaria. En esta oportunidad presentó una conferencia sobre su última publicación “La mujer Incierta”, novela autobiográfica donde relata todas sus vivencias desde muy joven. Tuvimos la oportunidad de conversar con la escritora y nos contó quién es, cómo es escribir un texto autobiográfico, además de dar su perspectiva para seguir promoviendo la cultura literaria.
¿Quién es Piedad Bonnett?
Primero soy la mujer incierta, por supuesto, porque ese es un libro autobiográfico. Soy una mujer que está entrando en la vejez, que ha trabajado toda la vida en la universidad como profesora, y que ha escrito todo. Soy madre, soy abuela, soy muy buena amiga, aprecio la amistad, soy hija de unos padres muy viejitos, él tiene 98 y ella 101, va a cumplir 102, es una experiencia de vida también muy interesante ver cómo envejecen los padres y tenerlos todavía. Soy una mujer que he alcanzado la serenidad con el tiempo y con la escritura.
¿Cómo llegas a Ulibro2024?
Yo conozco a Ulibro hace mucho tiempo, he venido en otras oportunidades. Esta es una ciudad que jugó un papel muy importante en mi vida, porque yo estuve aquí interna cuando tenía 14 años. Aquí también conozco gente que aprecio, vine a participar en una feria que me parece muy bien hecha, muy profesional, donde nos cuidan muy bien a los escritores.
Partiendo de la idea que La Mujer Incierta es un libro autobiográfico, ¿Por qué leer un libro autobiográfico?
En primer lugar por curiosidad, por supuesto, segundo, si están bien escritos, pero sobre todo, porque un buen libro autobiográfico no habla solamente de la vida de esa persona, sino del entorno que la creó, de la época en que esa persona vivió, de lo que recibió en la infancia, de las oportunidades que ha tenido, de cómo se ha hecho a sí misma, de las decisiones de vida que ha tomado. Eso es lo que uno busca cuando lee un texto autobiográfico, uno lee siempre literatura para verse a uno mismo a través de los libros, porque sino no tiene ningún sentido, sería una cosa por allá ajena que no nos habla, yo creo que el libro que yo escribí “La Mujer Incierta”, pretende hablarle al lector, detonar la memoria de su propia vida, qué pasaba cuando tenía catorce años, cómo fueron las elecciones que hizo a los dieciocho, veinte, cómo ha sido su relación con la madre, con el padre, con el amor.
“Yo lo que escribo es para que otros, piensen a partir de lo mío en sus propias experiencias”.
¿Cómo es escribir un libro autobiográfico?
Es un ejercicio muy difícil de introspección, que exige hacer un pacto con la propia verdad, no con la verdad objetiva y concreta, porque esa no existe, puede haber hechos, pero lo que importa no son los hechos, sino la interpretación de esos hechos, entonces es mirar su propia vida con sentido crítico, y también no tener miedo de abrir las heridas y mostrar la vulnerabilidad, pues si tú estás apertrechado y te quieres mostrar como impecable, no vas a poder hacer eso, tienes que poder hablar de tus debilidades, tus fragilidades, de eso se trata la vida, entonces se exige honestidad, pero sobre todo un trabajo con las emociones propias, para que esas emociones tengan repercusión en el que está leyendo, para que le disparen sus propias cosas. A veces puede ser más difícil que escribir una novela de pura ficción, porque tú estás trabajando con unos personajes a los que puedes darles duro, pero aquí le toca darse duro a uno mismo, en el camino de la sinceridad y, también no tener miedo del que dirán, tener la claridad de que uno se expone voluntariamente y de que eso traerá sus consecuencias.
¿Cómo promover el arte de la lectura en un mundo que puede estar polarizado por los avances tecnológicos digitales?
Yo creo que esa tarea le toca a los padres y a los maestros, porque un niño a menos que sea muy especial no va a llegar a lectura solo y un adolescente menos, entonces se trata de una tarea de seducción, por eso yo soy muy partidaria de leer en voz alta en un aula de clase, a los niños leerles cuentos, leerles poemas, hacer que se los aprendan, y a los adolescentes motivarlos a leer libros pertinentes que les toquen el corazón porque se trata de un enamoramiento, si no hay enamoramiento a la lectura no hay nada, leer por obligación por un pénsum, porque hay que leer a fulano o a sutano, no creo que resulte, eso resulta en la edad adulta, pero a los niños y a los jóvenes hay que leerles aquello que les fascina, los apasiona y los engancha para siempre en la lectura.
Yo conquisté gente grande en la universidad que nunca había leído un poema, porque yo trataba de transmitirles mi propia pasión y lo logré con mucha gente, entonces es una tarea que también se puede hacer con los adultos siempre y cuando sean curiosos, gente dispuesta a que la vida les abra puertas diferentes.
¿Vale la pena escribir?
Le estás preguntando a la que no toca, porque yo le he dedicado la vida a eso, entonces mal podría decir que no vale la pena lo que da esto bellamente; primero, el acto de escribir es muy apasionante, donde más feliz eres es mientras estás escribiendo, porque te estás planteando unos retos, y es una concentración y una emoción lo que está trabajando, no es como otros trabajos que son aburridos o mecánicos; segundo, te da un conocimiento de los demás con la respuesta que la gente da a los libros que uno escribe, entonces yo creo que eso de la comunicación con los otros seres humanos es algo en un sentido muy verdadero, no en el lado de una recepcionista, sino una comunicación onda a través de un libro que tú no sabes qué repercusiones tiene, pero no importa que no sepas, tú sabes que quien leyó tu libro, se metió en él, hizo un proceso importante y eso ya justifica.