Como todos los sábados, Yesenia camina a su lugar de ensayo. Prefiere hacerlo rápido. Es consiente de todos los peligros que cualquier persona corre en la calle, especialmente una mujer. En eso, un hombre le grita desde su auto:
— Uff, ¡qué piernas mi amor!
Sin embargo, ella guarda silencio, suspira retorciendo los ojos y mientras se tapa con su gabán que va hasta más abajo de las rodillas, manifiesta:
— Por comentarios como este, las mujeres no nos sentimos seguras en ningún sitio. Hace poco tuve una presentación con “Fremor” en el auditorio Luis A. Calvo de la Universidad Industrial de Santander. Llevaba un vestido negro de altura media, manga larga, cuello tortuga, con medias veladas. Sentía “esas miradas” del público y no sabía si con mis movimientos estaba “mostrando mucho”.
¿Cómo no sentirse así en medio de una sociedad que estigmatiza solo por el tipo de prenda que se lleva puesta? No es para menos, Yesenia eligió una industria musical donde históricamente la mujer es vista como ruda, machota, de moda gótica, chaquetas de cuero repletas de taches metálicos, tatuajes por todo su cuerpo y piercings.
Yesenia Amado, en su adolescencia, cruzó por esta etapa con ansias de demostrar su estilo rockero-metalero y así, encajar en las tendencias del momento. Aún ama vestirse de negro, pero también, llevar flores en sus vestidos. Su vida es una dualidad entre el estilo “oscuro” del Rock y el colorido de la música latinoamericana. Mientras se preparaba para ser abogada y se apasionaba cada vez más por el ritmo del bajo y la batería, descubrió su propia identidad. Ahora con veintisiete años, adelanta su carrera profesional y musical, tanto en la banda como en su proyecto individual, en géneros de boleros y vals andinos.
Yesenia Amado es una de las voces femeninas que ha buscado posicioanrse en la escena del rock local.Foto: Tomada de Instagram
Dentro de su papel como vocalista de “Fremor”—banda de Heavy Metal—, lucha por romper el estigma de la voz gruesa e imponente que se ha impuesto en esta industria liderada por hombres.
— La música se puede disfrutar de muchas maneras, incluido el Rock. No coincido con que se piense que la mujer tenga una voz ruda, una actitud dura o mala. Eso no me representa. Así es “Epica”, nuestro modelo musical a seguir. Ellos demuestran que con una voz femenina suave no se pierde la esencia de lo que es el rock-Metal.
En oposición a los atributos tradicionalmente femeninos de pasividad, represión o lo relacionado con labores domésticas, el Rock se traduce en acción, rebeldía y expresión. A pesar de esto, la demanda comercial fue la culpable de que las mujeres adoptaran particularidades masculinas o usaran su cuerpo y belleza como carnada para hacerse notar entre la “superioridad” varonil.
Ya la mujer no es la mujer del siglo XIX o siglo XX. Es una mujer moderna, activa, presente y resistente en el Rock. Aunque no se puede convertir en una estrategia de marketing para mostrar inclusión, se debe en realidad integrarla y verla desde su talento. “Lamentablemente, en Bucaramanga todavía seguimos teniendo una cultura muy pobre, muy limitada, lo que dificulta encontrar mujeres que hagan o se animen a hacer Rock. Hace falta sacarnos la venda y cambiar el estigma machista”, opina Hernán Mejía “Nacho”, integrante de la banda “Zendas”. Reflejo de esto son Yesenia e Isabella, mujeres que están construyendo el camino del Rock femenino local.
Lo que para muchos es ruido, para Yesenia es fuerza, desahogo, una dosis extra de energía. Isabella Rozo, con veinte años, no difiere. Para ella es una forma de expresión política, personal, de revolución. El Rock las ha ayudado a expresarse con libertad y sin esfuerzo.
— En mi experiencia personal estoy viviendo la estigmatización. Intento resolverlo porque como mujer quiero demostrar que tengo el talento necesario para triunfar con mis propias capacidades, confiesa Isabella. Reconoce el aprendizaje que su banda de Punk-rock “Lola's Band” le ha brindado, pero ahora, aspira continuar sus estudios de Artes Audiovisuales, triunfar en el exterior e incursionar como solista mezclando notas de Rock y Pop.
Ante la falta de apropiación rockera en la ciudad, “Nacho” propone que, desde las bandas, las productoras, los ámbitos universitarios o a través de los medios masivos se generen espacios de visibilización. También, hay que buscar alianzas entre gestores del Rock como Diana Sotelo —creadora de la casa cultural “Ya me amañé”— y Sandra Barrera —gestora cultural de la Universidad Industrial de Santander —.
El estigma histórico que denota a la mujer como un ser inferior que no puede sobresalir por sus propios méritos se está rompiendo. En los 70’s, la notoriedad de las primeras bandas solo femeninas como “Fanny”, a nivel mundial, y “Szavesta” en Colombia ha motivado a que más mujeres se aventuren en este género.
Nombres como Andrea Echeverri o Roxana Restrepo son reconocidos con facilidad en la capital del país, pero al preguntar por cantantes bumanguesas la respuesta de la mayoría de personas es “uyy, me pone a pensar”. Esto, da cuenta de la falta de identidad cultural que tiene el departamento y el poco apoyo estatal que se brinda para que nuevos artistas emergentes brillen en los escenarios y se atrevan a salir del “cascarón”.
En la actualidad, con la versatilidad de las melodías y siendo la música tan moldeable como un trozo de plastilina, se abrirán espacios donde la igualdad de género será la protagonista. Así, más rockeras entrarán en la industria regional demostrando su sagacidad, fuerza, talento y berraquera santandereana para romper con el esquema de la figura glorificada del hombre del Metal.
La fórmula para triunfar en el mundo del espectáculo se basa en tener buena autoestima. Siempre habrá malos comentarios, lo importante es gestionarlos y no permitir que afecten, sino convertirlos en inspiración para crecer y avanzar personal y profesionalmente. Lo importante es disfrutar lo que se hace, aunque no se permite olvidar que esto es una guerra de egos. No hay que aceptar que las personas se sobrepasen, pues el Rock es uno de los mundos más hostiles.
Ser mujer en el Rock significa ser valiente y tener fortaleza. Las palabras lascivas y morbosas, la sexualización y el que cualquier persona quiera aprovecharse es un fuerte golpe con el que hay que enfrentarse día a día en la calle, tras bambalinas o en las tarimas. La lucha es incesante y el entorno retador, pero las rockeras no se rinden y cantarán cada vez más fuerte iluminando la sombra en la que tiempos atrás se tuvieron que esconder para que su glorioso brillo no entorpeciera en el escenario masculino.
— Espero que en un futuro nos tomen como lo que realmente somos: mujeres talentosas, fuertes y empoderadas, destaca Isabella con ojos esperanzados en el cambio.
Isabella Rozo.Foto: Tomada de Instagram