La actividad, que se realiza con el apoyo del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, AMB, inscribe a 24 colegios del área metropolitana y según Wilson Contreras, director ejecutivo de la Corporación, buscan que las personas y entidades empiecen a hacer un manejo adecuado de los residuos de iluminación para evitar que las bombillas de tecnología fluorescente, que utilizan pequeñas cantidades de mercurio, contaminen las fuentes hídricas y el medio ambiente, afectando la salud de las personas como también la fauna y flora que se da en esta región de Colombia.
La ruta de recolección inicia a las 8:00 de la mañana y se extiende hasta las 4:00 de la tarde y en ella se participa con previa inscripción. Los organizadores han instalado el ‘punto limpio’ cerca al parque Los Samanes, en Bucaramanga donde reciben bombillas compactas integradas y no integradas, tubos fluorescentes y bombillas utilizadas en el alumbrado público de vapor de sodios, mercurio o haluros metálicos, que son destinados a Cali y Bogotá para su tratamiento adecuado.
“Sometemos las bombillas a una destrucción en equipos que tienen la atmósfera controlada, es decir, la atmósfera interna de las bombillas es filtrada para posteriormente retener el vapor de mercurio en la instrumentación” argumenta Contreras.
Tras este seguimiento, los residuos son sometidos a otros procesos para garantizar que el mercurio ha sido eliminado. Una vez ocurre esto, los implementos funcionan como materia prima para fabricar elementos de construcción como bloques, adoquines, baldosas y agregados de concreto. Las bases de metales que poseen los bombillos o lámparas también se limpian para pasar a un proceso de fundición con el que se crean nuevos productos que entran a la economía del país.