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Jesús Abad Colorado, fotoperiodista colombiano dispuesto a defender los Derechos Humanos y mostrar lo que hay detrás del Conflicto Armado en Colombia.

Vida, dignidad y amor están por encima de la guerra: Abad Colorado

Periodista: Diana Carolina Ortiz Ardila
Correo periodista:
Edición: Zully Andrea Velazco Carrillo
Correo de editor:

Abad Colorado, quien centra todo su trabajo en la defensa de los Derechos Humanos y el Conflicto Armado en Colombia, evidenció los trabajos que ha realizado alrededor de Colombia para no sembrar la venganza o rencor en el corazón de los ciudadanos, por el contrario, demostrar que, aunque existan momentos difíciles siempre habrá una luz, así lo dijo refiriéndose a la historia de todas las víctimas del conflicto armado que han sido foco de su propio lente. Detrás de cada una de sus fotografías hay una historia con nombre propio, pues contar cómo han logrado solucionar cada obstáculo es lo que más le motiva.

Su cámara es la memoria histórica de Colombia, en la que cuenta desde el asesinato de un líder social hasta cómo una familia de campesinos iba a ser desintegrada debido a que la guerrilla mató a los padres de la misma. Frente a tanto problema y más con la noticia por la que el país quedó sin palabras la semana pasada, Jesús Abad Colorado, una persona que ha trabajado para que precisamente un hecho como este no devastara más a la nación, sintió su corazón arrugado y frente a Plataforma Digital les dijo a los campesinos que “no están solos”.

Casos como el de Eugenio Palacio, campesino que regresó a Bojayá después de que en la Iglesia de Bellavista se diera la masacre que dejó un gran número de muertos o como el proceso de Mercedes, una mujer huérfana a los 16 años porque la guerrilla acabó con sus padres y por ende, hacerse cargo de su familia, son acontecimientos que le han dado la vuelta al mundo del fotoperiodismo.

Plataforma Digital pudo entrevistar a Jesús Abad Colorado y preguntarle ¿cuáles son los pilares por los que se rige su profesión y cómo hace para transmitirlo a la sociedad?

Jesús Abad Colorado (J.A.C): Los Derechos Humanos son mi pilar y siempre lo he trasmitido con humanidad. Yo les he dicho que si algo le falta al país es ética y humanidad, hay que actuar bajo esos pilares para respetar la vida de los demás entendiendo que tenemos que respetar también la naturaleza, incluso por mi formación de casa, le digo a la gente que se deben aprender, en un país tan cristiano como este, un solo mandamiento que es “amar al prójimo como te amas a ti mismo”, ese es el principal que yo le digo a la clase política. Amar al prójimo es respetar su condición, sus ideas y sus preferencias. Si nuestros líderes del país lo entienden, lo primero que van a respetar es el hecho de manejar nuestros presupuestos, pues van a entender que no se pueden robar los programas de la alimentación escolar, ni malversar el dinero de la salud y así con cada uno de eso que es la garantía de los Derechos Humanos. Si uno los respeta nadie robaría y entenderían que la política es el servicio o el arte del bienestar de una sociedad, no el arte de robar para pequeños grupos o para beneficiarme yo. Aquí nadie es más que nadie y nosotros en el Periodismo estamos para ayudar a contar esas historias de resistencia también de nuevas prácticas, así como tenemos que investigar para hablar de la corrupción o las injusticias. Si hubiese ese respeto, los Derechos Humanos serían el código ético sobre el cual nos regiríamos como ciudadanos.

En ese orden de ideas ¿cómo hizo para no caer en el amarillismo desde el principio y permitir que el periodismo muestre la realidad?

J.A.C: Aprendiendo a mirar de frente y a los ojos, entendiendo que la dignidad tiene que ser respetada, que una noticia no es más importante que la vida de un ser humano y que si yo como periodista humillo con la mirada y miro desde arriba a una persona que considero que la puedo utilizar, seguramente me humillo ante cualquier poder. Entonces, ni mirada desde arriba ni desde abajo en términos de respeto. Hay que aprender a volar para ver desde otros ángulos, no para despreciar a alguien y tampoco para humillarse ante nadie. El periodismo es un ejercicio de mirar horizontal.

¿Cuál es la clave que usted ha tenido como fotoperiodista para mirar la guerra, tristeza y soledad de frente desde un lente y poder soportarlo?

J.A.C: He visto y sigo viendo, a veces, mucho dolor, pero vuelvo a los mismos lugares para ver cómo nuestra gente resiste. Uno vuelve a esos lugares donde se ofendió la vida porque la misma gente, que para mí no son una noticia espectacular porque aquí podemos utilizar a veces a la gente para volverlos titulares y yo no soy así, sale adelante. Y yo hago fotografías sencillas y dignas que hablan, en muchas ocasiones del dolor de una persona en un tiempo, entonces después vuelvo para saber cómo continua la vida, cómo la gente sobrevive, siembra, llena de amor cada espacio que habita. Por eso digo que la gente se transforma, y las víctimas de este país son las primeras en perdonar y reconciliarse, pero hay muchas otras que viven en la comodidad de las ciudades y ha visto la guerra a través de la televisión, y se dejan sembrar en el corazón y en la conciencia el odio que líderes políticos de un país, de distintas iglesias o gente que ocupa carteras públicas en el Senado o en la Procuraduría, pero deforman la realidad de la vida, y por ello hay que aprender a escuchar más a la gente que ha sido perdedora pero vuelve a levantarse.

En una de sus fotografías muestra una boda que se realizó en un lugar devastado ¿cómo esas personas pueden llegar al amor después de una masacre?

J.A.C: Yo le digo a la gente siempre, frente al fusil la palabra, pero el amor está por encima de la guerra. Lo que hizo Beatriz García con Oscar Giraldo un 9 de diciembre del año 2000 fue marchar a casarse entre los escombros, ella no paró su matrimonio a pesar de que entre los restos estaban recogiendo los muertos, no solo porque había invertido con su esposo lo que tenían para una boda, sino porque así siempre ha sido la vida: el amor es más fuerte que la guerra.

Durante muchos años yo he regresado a ese mismo pueblo porque la gente siguió sembrando o retornaron para sembrar, y un día los vi marchar con ladrillos. Tengo unas fotografías de 800 o 1000 personas llevando un ladrillo al hombro, y a los que somos documentalistas les digo que no se vuelvan famosos con una fotografía en primera página en un periódico nacional o internacional, sino que acompañen a la gente con el paso de los años, solo así vamos a contar cómo se resiste, cómo se sobrevive y vamos a entender qué es el amor por la vida, no solamente qué es el amor por una pareja.

¿Cuándo Jesús Abab Colorado baja la cámara?

J.A.C: Muchas veces he bajado la cámara cuando he sentido que estoy interrumpiendo, vulnerando o que no es pertinente que haga una foto. Cómo logro después hacerlas y dije, permaneciendo ahí, solidarizando. A veces uno no necesita decir quién es y por qué se está, la gente aprende a entender cuando usted está ahí, acompaña y se solidariza, no es cuando la cámara lo dice para hacer fotografías escondido entre la gente que es víctima. Muchas veces tuve que hacer fotografías de urgencia en momentos en los que le toca a uno llegar por cierto tipo de hechos que están sucediendo, pero en momentos de intimidad y dolor, muchas veces he bajado la cámara, me han dicho “espere un momento” y me he perdido fotografías increíbles, pero si una persona me pide privacidad hay que hacerlo.

 

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