Hablar de Colombia significa pensar en café. El sector cafetero es uno de los más lucrativos y que genera más desarrollo en el país. Roberto Vélez, presidente de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia -FNC-, aseguró para el medio El Colombiano que el último valor más alto del grano se registró el pasado 22 de agosto sobrepasando los 2,3 millones de pesos por carga. Esto representa un respiro para la economía luego de la recesión causada por la pandemia del Covid-19.
En una industria liderada principalmente por hombres, la representación femenina cumple un papel muy importante, desde la colaboración en el hogar hasta la representación gremial. Es así como en tierras cafeteras de Ocamonte, Santander, desde hace 48 años, Rosalba Castillo Arenas también ha cultivado el esfuerzo y la valentía que la hizo conquistar el liderazgo de la Asociación de Mujeres Cafeteras de Ocamonte, ASOMUCAO, y la convirtió en la única mujer en el Comité Departamental de Cafeteros.
Plataforma Digital: ¿Cómo fue su inicio en la caficultora para surgir y llegar al cargo que ocupa actualmente?
Rosalba Castillo: “Yo me casé con un señor cafetero, no vengo de familias cafeteras, pero era tan ilusionado al café que aprendí de él. Fue una persona muy allegada a la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, le gustaba mucho la labor social y él quiso que el trabajo que había hecho no se fuera a acabar, quiso que yo lo siguiera.Él me llevó al Comité Municipal de Cafeteros en Ocamonte, yo llegué y propuse muchos cambios que fueron aceptados en el Departamental. Después vieron mi liderazgo, entonces el ingeniero Peñaloza quería ir al Comité Departamental y quería llevar una mujer que fuera su fórmula. Consiguió una señora de Coromoro, pero ella no dio resultado.Él volvió y me insistió: “Rosalba yo quiero que usted vaya al Comité. Yo veo que usted busca ayudar a los demás”. Hablé con mi familia y me dijeron que sí. Acepté y ahora represento la seccional de Charalá, que comprende también a Coromoro, Ocamonte y Encino.Tuve una votación excelente”.
PD: ¿En qué consiste la Asociación de Mujeres Cafeteras de Ocamonte?
RC: “La Asociación fue creada en 2014. Hoy están 87 mujeres vinculadas. Yo les presté la finca, les regalaba la tierra, hacíamos semilleros con almácigos de café. Para mí es la mayor asociación que tiene Santander, la primera que hizo un día de campo de mujeres en Colombia, donde las hemos concientizado. Ahorita estamos haciendo un proyecto de plátano, yo no pude entrar, pero lo hice para ellas. El Sena ya nos llama y la Cámara de Comercio nos tiene en cuenta. Hay más apoyo de las entidades”.
PD: Como cabeza de ASOMUCAO, ¿qué significa para usted ser la única mujer del Comité Departamental de Cafeteros de Santander?
RC: “Es una responsabilidad muy grande. Yo llegué y estaba preocupada, pero para mí ha sido muy importante. En esos tiempos estaba el Dr. Roberto Vélez haciendo campaña para nombrarse gerente de la Federación de Cafeteros y le dije: “Nosotras las mujeres ya no vamos a ser más las que cocinamos, lavamos y secamos café, vamos a empoderarnos en la caficultura”. Yo veía que en muchos hogares se moría el señor o se separaban y las fincas se iban a la desgracia, porque ellas no sabían ni sembrar una chapola”.
PD: Según la Federación Nacional de Cafeteros, solo 31% de los productores en Colombia son mujeres, ¿considera usted que se puede lograr que la figura femenina sea la máxima representación del café?
RC: “Eso es lo que yo aspiro. Buscamos que en el futuro no sea yo la única en el Departamental. Hay que liderar y animar a otras mujeres. Es un orgullo de la mujer decir que también producimos, por eso la equidad de género. Vamos a marcar la pauta de ser empoderadas, y empoderadas no solo es sembrar café, es estar en todo. No solo en el campo, sino también en áreas administrativas de la Federación Nacional de Cafeteros. En el Comité Directivo Nacional no había mujeres, ahora debe haber mínimo tres. Nosotras tenemos que ser iguales a los hombres y lo podemos hacer”.
PD: ¿Qué acciones se están realizando desde su liderazgo en esta área para que sean las mujeres quienes estén en frente del sector cafetero?
RC: “Nosotras debemos responder al hogar y también estar en la caficultura porque así se puede colaborar a la familia. Ya nos tienen programas especiales desde la Federación, nos han hecho encuentros, días de campo y demás. Ya no somos un “cero a la izquierda”. Ya nos empoderamos. Ya somos valiosas en la caficultura y día a día aumenta”.
PD: Sabemos que los caficultores no tienen las remuneraciones económicas que se esperarían, ¿qué hacer para que los pequeños productores sean mejor recompensados por su labor y puedan así mejorar sus condiciones de vida?
RC: “Aquí en Santander, el Comité de Cafeteros está muy pendiente de los pequeños cafeteros enviando extensionistas y dando auxilios. Lo que sucede es que como la Federación no tiene los recursos suficientes, los municipios no colaboran para llevarles proyectos a los pequeños. Nosotros presentamos el proyecto al municipio. Los alcaldes cuando llegan al puesto se olvidan que el pequeño cafetero necesita un auxilio. El gobierno debe ayudar sobre todo a los pequeños cafeteros y eso estamos buscando en las reuniones con la Federación”.
PD: ¿Hay algún café especial que haya salido del departamento y se haya destacado?
RC: “Con Nespresso sacamos una buena línea. De hecho, Ocamonte ha clasificado por segundo año consecutivo en el concurso de la mejor taza de café, es un café muy especial, es orgánico. El café de Ocamonte es muy bueno, es el municipio que más tiene sellos porque obedece a las instrucciones de los extensionistas. La preocupación del cafetero es tener buen café. Por esto, Santander se destaca por la calidad de café a diferencia de Antioquia que se destaca por su producción”.
PD: ¿El legado de su labor como caficultura continuará?
RC: “Yo tengo cuatro hijos y ahora entré a una hija al Comité Municipal. Quiero que el legado que sembró mi esposo, que yo seguí como esposa, ahora lo continúen mis hijos. Entré a mi hija porque quiero que sea una mujer la que siga el trabajo que he hecho”.
PD: Una palabra que la defina a usted o a su labor
RC: “No tengo una sino tres: el esfuerzo, la sinceridad que me ha ayudado a alcanzar mis logros y mi corazón humano, me gusta colaborarle a la gente de bajos recursos. Mi satisfacción es que los frutos de mi labor los reciban quienes los necesitan, los pequeños cafeteros y mi familia. También por mi fortaleza he logrado esto. Soy una mujer muy fuerte y perseverante”.