El arte, el amor por lo popular, el sentido de pertenencia y la memoria histórica han posibilitado que la cultura de los matachines, en el barrio La Cumbre de Floridablanca, se mantenga en el espíritu de su comunidad. La cumbre es un barrio polivalente, un barrio en el que cada callejón guarda una historia distinta, pero, cada una, igual de trepidante. Es un barrio de música tropical, y como lo definió Walther Conde, presidente de la Corporación Matachines Nueva Generación, “un barrio carnavalesco”.
Walther, oriundo de La Cumbre, con constancia ha contribuido para que esta cultura se mantenga en el barrio. Con 30 años de edad conoce las raíces de cómo se asentó la colorida tradición sobre las calles. Tallerista de la casa de la cultura de Floridablanca y visto como un ejemplo por los niños del barrio, intenta con la creatividad, los talleres de máscaras y la innovación, ofrecerles algo diferente a los jóvenes locales, apartados de la delincuencia y la drogadicción.
Plataforma Digital: ¿Dónde nace su pasión por los matachines?
Walther Conde: “En lo personal, la pasión por los matachines nace desde que yo era un niño, esto es una tradición que como ustedes lo vieron ahorita, se transmite de generación en generación, familias enteras, niños disfrazados, otros niños queriendo ser matachines, y eso es lo que lo mueve a uno, una tradición del barrio y uno crece con ella”.
PD: ¿Cuál es la esencia de los matachines?
WC: “La esencia de un matachín es brindar alegría, salir a divertirse, bailar, molestar a la gente, y también corretear a los ‘pelaos’ que lo retan a uno, eso también es parte de la tradición y parte de la esencia del matachín. Hay matachines como, por ejemplo, el Azulejo, que es el que más corre o cosas así”.
PD: ¿Por qué cree que La Cumbre es el epicentro de esta tradición en Floridablanca y Bucaramanga?
WC: “Esto es una tradición que venía de unos pueblos, el señor que lo funda que es don Antonio Reyes, él venía de un pueblo de Boyacá, y él con su familia se radicó acá en La Cumbre, y acá se potencializa el tema. Luego con don Héctor Hugo y, ahora, tratando nosotros de potenciarlo también, de volver a que el matachín se gane esos espacios que históricamente había tenido, y que se habían perdido por diferentes factores. Pero acá estamos nosotros, quiénes más que nosotros que somos del barrio para potenciarlo nuevamente”.
PD: ¿Qué le motivó a continuar con esta tradición?
WC: “Que yo pertenecía a la corporación antigua de matachines desde muy niño, y hacía parte de los desfiles y de las diferentes presentaciones, me alejé de un momento a otro, se murió don Héctor Hugo Arteaga y yo me alejé de todo esto. Había dejado de disfrazarme y ¿qué me motivó? ver que por ejemplo ya iban ‘pelaos’ con la máscara en la mano, que para correr eran sin máscara y tantas cosas así que uno dice ‘no, esto tiene que rescatarse y tiene que volverse a hacer’. Y con varios ‘pelaos’ que nos disfrazábamos en la época, dijimos ‘vamos a meterle el hombro’ y se unió mucha gente, tanto nuevos como antiguos, y pudimos otra vez darles nombre a los matachines, y ponerlos a sonar en boca de mucha gente en Santander o a nivel nacional también”.
Matachines en el barrio La Cumbre. Foto: José David Arias
PD: ¿Qué representan los matachines para La Cumbre?
WC: “Los matachines, digo yo, son la imagen de La Cumbre, es la representación del barrio, la acogida que tienen, es literalmente todo el barrio, con una buena acogida hacia los matachines. Aquí no importa nada más, esto es cultura y es bueno ver cómo todo el mundo se vincula, al igual que todo el mundo quiere una foto, así lo hayan visto 30 veces, pues 30 veces se toman la foto. Yo digo que los matachines son la imagen de La Cumbre”.
PD: ¿Ve la posibilidad de nacionalizar o internacionalizar a los matachines?
WC: “Esos son proyectos que ya los tengo en borrador, como quien dice, sí se puede coronar alguno de ellos, sea por parte pública o sea privada. Al Carnaval de Barranquilla no van desde el 2006, sería bueno volverlos a llevar, nosotros estuvimos a un ‘cachito’ de ir antes de pandemia, pero bueno, hay que seguir intentando. Y lo del museo, sería bueno tener un espacio, acá está por ejemplo el Centro Cultural del barrio La Cumbre, por fallas técnicas, no sé qué pasaría, y se utiliza solo para la Registraduría. Eso se está perdiendo ahí, sería bueno que se abriera ese espacio, tanto para ensayos de música, de cualquier tipo de música, que vinieran acá y se pudiera ensayar teatro, danza, lo que sea. Pero bueno, esperar a ver cuándo le dan solución a ese tema”.
PD: ¿Hay alguna problemática que actualmente padece la corporación?
WC: “Problema como tal no, hemos sabido llevar las cosas organizadamente, la problemática que uno siempre dice es la falta de apoyo. En estos momentos hemos tenido nuevamente reconocimiento, hemos tenido apoyo. Actualmente, yo soy tallerista en la casa de la cultura de Floridablanca, pero uno siempre quiere más para volver a poner a los matachines como eran antes, en un Carnaval de Barranquilla, diferentes eventos a nivel nacional y proyectándose uno en festivales internacionales”.
PD: ¿Qué lo motiva a enseñar este tipo de arte?
WC: “El barrio La Cumbre históricamente ha sido un barrio popular, un barrio pesado y ¿qué lo motiva a uno a enseñar a hacer una máscara? coger a un ‘pelao’ y apartarlo de una cancha, apartarlo de que no esté haciendo nada por 2 o 3 horas, ponerlo así sea a untarse de barro, hacer un molde, untarse de almidón para hacer una máscara. Es sacar a los ‘pelaos’ y mantenerlos ocupados de que no estén pensando en ir a perder tiempo en otro lado, sino que estén pensando en hacerse otra máscara más”.
Al terminar, Walther hizo un llamado especial a los habitantes del área metropolitana de Bucaramanga. “¡Invitarlos a todos muy cordialmente a que dejen un poco el estigma por el barrio y se acerquen en diciembre, y disfruten de la caravana de los matachines, de los desfiles, que esto es pura alegría!”.
Él reconoce que los estigmas sobre el barrio son complejos de erradicar, pero entiende que los matachines y las máscaras han logrado cambiar la perspectiva sobre el barrio. Dentro de la corporación ha logrado cosas importantes, como la participación de los matachines en el Festival Internacional de Cine, FICS, en la pasada edición, y en la Feria Bonita de Bucaramanga. Walther está concentrado en seguir despertando nuevamente esta cultura en los jóvenes de La Cumbre.